Sacar a los niños a hacer actividades al aire libre y recibir sol puede tener grandes repercusiones en ellos, desde una hora de acostarse más fácil hasta menos peleas entre hermanos. Pero las investigaciones demuestran que la luz solar a la que están expuestos los niños también afecta en su estado de ánimo, su sueño y su salud física. Y lo que es mejor: la luz solar puede contrarrestar los efectos negativos de la luz azul artificial de todos esos aparatos que probablemente utilizan tus hijos.
Zenovia Stephens.Stephens, fundadora de Black Kids Adventures, dio con un remedio que no sólo funcionó para su familia, sino que también está respaldado por la ciencia: maximizar la luz solar diurna es fundamental para la salud de los niños, pues luego de que sus hijos estuvieran bajo el sol jugando se comportaron en la casa más tranquilos.
Pero, no toda la luz es igual. Los padres han oído una y otra vez que hay que evitar la luz azul, y es cierto que la exposición a la luz azul artificial de los dispositivos por la noche puede afectar al ritmo diario de los niños. Pero la luz solar también está repleta de esta longitud de onda tan discutida, y ambos tipos de luz tienen importantes repercusiones en el reloj circadiano del niño.
Este mecanismo interno que regula los ritmos del cuerpo está íntimamente relacionado con la luz. Según Helen J. Burgess, catedrática de psiquiatría y codirectora del Laboratorio de Investigación del Sueño y el Circadio de la Universidad de Michigan (Estados Unidos), la luz afecta a todo, desde cuándo hay que estar alerta y cuándo hay que desconectar, hasta el hambre que se tiene a lo largo del día.
La razón por la que la luz azul artificial de los dispositivos puede ser tan perjudicial por la noche es que imita la luz azul natural del sol, lo que confunde el reloj circadiano del cuerpo. Un estudio dirigido por Monique LeBourgeois, profesora asociada de Fisiología Integrativa de la Universidad de Colorado en Boulder (EE. UU.), demostró que la luz azul artificial por la noche reduce drásticamente las hormonas de la melatonina, inductoras del sueño, lo que altera la hora de acostarse y afecta al comportamiento diurno. Pero la misma luz azul del Sol, que contiene un espectro completo de luz beneficioso para la salud, hace lo contrario, y mucho más.
LeBourgeois explica que cuanta más luz azul reciba una persona durante el día, mejor defensa tendrá contra los efectos nocivos de la luz azul nocturna de las pantallas. Añade que la luz solar durante el día crea una acumulación de luz azul que ayuda a contrarrestar las consecuencias de la luz artificial por la noche. En otras palabras, cuanta más luz solar reciba un niño durante el día, mejor podrá su cerebro construir un muro contra los daños de la luz azul artificial más tarde.
Este no es el único beneficio de la exposición a la luz solar. La vitamina D que produce el cuerpo al absorber la luz ultravioleta del Sol puede contribuir al desarrollo óseo, la prevención de enfermedades y la salud del sistema nervioso. El mismo proceso también produce serotonina, una sustancia química que ayuda a la función cerebral y mejora el estado de ánimo y la felicidad. Además, se ha demostrado que la luz azul natural protege a los niños de la miopía, alivia los síntomas de enfermedades mentales como el TDAH y reduce la tensión arterial.
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