Los berrinches en los niños son algo muy frecuente en la primera infancia, en especial entre los 2 y los 4 años. La mayoría de los niños entre estas edades tienen este tipo de reacciones a sus emociones que son exageradas a la vista de los adultos.
Pese a que estas situaciones sean difíciles de manejar, hay ciertas frases que debes evitar durante los berrinches de un niño.
A partir de los 2 años, los niños comienzan a percibirse como seres individuales. Empiezan a entender que tienen opiniones propias, deseos y necesidades y como tal buscan hacerlos valer, es por esto que dicen “no” a toda propuesta de otra persona.
Aunque esto es natural y forma parte del desarrollo del niño, los padres deben poner límites. Encaminar el berrinche no quiere decir que se deba ceder a ellos, pero si validar sus sentimientos y otorgarle el espacio necesario para expresarlos.
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¡Cállate ya! ¡Deja de llorar!
Esta es la frase que quizá con más frecuencia se nos venga a la mente cuando un niño está gritando o llorando, cuando su llanto nos satura o se prolonga demasiado, queremos que se calle porque es molesto tanto para nosotros como para las demás personas.
Sin embargo, esta frase no tiene los resultados que se esperan, aunque como adultos no lo entendamos, es un momento duro para los niños que están aprendiendo a expresar sus emociones, ¿Cómo te sentirías si tu pareja o algún amigo te dicen que te calles en un momento duro para ti?
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Me estas avergonzando
Es comprensible sentir vergüenza cuando un niño hace un berrinche en un lugar donde hay más personas, las miradas acusadoras nunca faltan. Sin embargo, es importante hacer a un lado la opinión de la gente y centrarnos en lo que necesita el niño.
Al decirle que está haciendo el ridículo podemos hacerlo sentir muy mal, incluso sentirse humillado y hacerlo entender que mostrar sus emociones es algo negativo por lo que podrá tender a reprimirse en el futuro.
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No es para tanto
Desde una visión adulta, las situaciones a las que un niño se enfrenta parecen insignificantes, pero hay que entender que para ellos tienen importancia. Al decirle a tu hijo que no es para tanto, estás invalidando sus sentimientos. Lo que el niño requiere es sentirse comprendido y que lo encamines a entender porque se siente así.
Si restas importancia a esto, estás perdiendo la oportunidad de educar emocionalmente a tu hijo.
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Si sigues llorando te castigo
Las amenazas y los castigos surgen con mucha frecuencia, sobre todo fruto de la desesperación de padres y madres. Sin embargo, con esto el niño no está aprendiendo a regular sus emociones, solamente a ocultarlas y obedecer, lo que podría traerle problemas en el futuro, así como el deterioro del vínculo entre padres e hijos.
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Cuando te portas así no te quiero
Al decirle esta frase a tu hijo, lo que le das a entender es que tu amor es condicional, que no lo amas por quien es, sino por lo que hace y cómo actúa. Esto crea la idea de que es necesario complacer a los demás para ser apreciado y es un patrón que puede causar mucho sufrimiento en su vida adulta.
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Ya no eres un bebé
Cuando los niños crecen, se comete el error de pensar que son adultos en miniatura, se les atribuye capacidad que aún no han desarrollado y se espera de ellos una reacción que simplemente no pueden dar.
No lo hagas sentir culpable o ridículo por algo que no puede controlar. Mejor enséñale y oriéntale para que pueda manejarse de mejor forma.
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Si te calmas, te doy lo que quieres
Ceder a los caprichos de los niños es el recurso al que muchos padres recurren cuando ya no saben qué hacer. En ocasiones le prometen algún tipo de recompensa si deja de llorar.
Esta permisividad no es positiva. Los límites son necesarios y el niño lo que necesita es aprender a tolerar la frustración.
No pierdas la oportunidad para enseñar valores y herramientas importantes a tus hijos, puedes fortalecer el vínculo con ellos ofreciéndoles respeto, escuchándolos, así como brindándoles amor y comprensión.
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