La deshidratación es una de las afecciones más comunes a la vez que letales que pueden producirse fácilmente en el día a día, si bien cualquier persona puede deshidratarse, hay que prestar mayor atención en adultos mayores y niños.
La deshidratación ocurre cuando se pierde más líquido del que se ingiere, haciendo que el cuerpo no pueda hacer su funcionamiento normal por falta de líquido y otros fluidos, para que el cuerpo funcione correctamente se debe conservar un equilibrio hídrico.
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Esto significa reponer o compensar la pérdida de agua experimentada a diario, ya sea por el sudor, la orina, las heces, etc. Aunque también existen algunas afecciones que pueden aumentar el riesgo de causar una deshidratación.
- Tener fiebre
- Vómitos
- Diarrea
- Afecciones urinarias, que causan orinar en exceso
- Enfermedades no controladas como la diabetes
- Medicamentos como los diuréticos
- Sudoración excesiva, ya sea como consecuencia de realizar ejercicio o por las condiciones climáticas
Síntomas
Las señales más comunes de la deshidratación son:
- Sed
- Boca seca
- Orina escasa o de color oscura
- Piel fría y seca
- Dolores de cabeza
- Calambres
En casos más graves de deshidratación puede conllevar:
- Respiración acelerada
- Taquicardia
- Mareos
- Irritación
- Delirios
Reconocer estas señales puede ayudarte a identificar la deshidratación y buscar ayuda rápidamente.
¿Cómo evitar la deshidratación?
Saborizar el agua
Puede ser complicado para los niños recordarles que deben ingerir suficiente cantidad de agua, incluso para un adulto que no acostumbra a consumir mucho puede representar una dificultad. Los profesionales estiman que debemos consumir entre 2.5 y 3 litros de agua diariamente.
En muchos casos podríamos sentirnos tentados a reemplazar el agua por otros líquidos artificiales como gaseosas en especial durante un día caluroso, pero sus componentes como saborizantes y azúcares pueden ser perjudiciales para la salud.
Sin embargo, puedes optar por hacer el agua más sabrosa incluyendo trozos de fruta como pepino, fresas, melón o tu fruta favorita, para hacerla más atractiva, a la vez que cuidas tu salud.
Comer frutas y hortalizas
Las frutas y vegetales tienen un importante papel en una dieta sana, además de aportar nutrientes importantes como fibra y vitamina, algunos de ellos te pueden ayudar a hidratarte.
Puedes optar por aquellos que tienen una alta composición de agua como sandía, lechuga, fresas, apio, tomate, piña, pepinos, entre otros.
Mantener tu cuerpo fresco
Con la edad, el cuerpo es más susceptible a sufrir afecciones por el calor. Cuando la temperatura corporal sobrepasa los 40 °C, el sudor no logra ser suficiente para enfriarlo.
Para esto se recomienda beber líquido de forma regular, permanecer en lugares con aire acondicionado cuando la temperatura está muy alta y tomar duchas para regular el calor.
También usar ropa no tan ajustada y de colores claros puede ayudarte a no retener el calor, esto debido a que los colores claros absorben menos calor y la ropa holgada permite la circulación del aire entre tu cuerpo y las prendas.
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