Las sentadillas son uno de los ejercicios básicos dentro de los entrenamientos de musculación. Sin embargo, en personas principiantes es recomendable empezar a realizarlas sin peso, para ir adquiriendo la técnica necesaria.
Una buena forma de incrementar la dureza de este ejercicio, y de incorporar un punto de carácter cardiovascular, es incluir un salto en cada repetición. De esta forma, además de trabajar nuestra musculatura aumentaremos el número de calorías quemadas.
Otro punto favorable de incluir el salto es de mejorar la potencia de nuestras piernas. Los saltos son muy útiles en multitud de deportes y en muchas situaciones de la vida cotidiana.
Por ello se pueden incluir dentro de lo que se conoce como entrenamiento funcional, el cual permite trabajar aspectos y cualidades físicas orientadas a la mejora en un deporte concreto.
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Además de esto, el hecho de adquirir una buena técnica en la ejecución de unas sentadillas con salto nos va a favorecer a la hora de realizar las sentadillas con peso.
Las sentadillas con salto son muy recomendadas para atletas principiantes, ya que permiten ejecutar el ejercicio de una forma mucho más segura que si se realizasen con una barra.
¿Cómo hacer sentadillas con salto?
Lo primero que debemos diferenciar es que podemos hacer las sentadillas con salto contando con una base de apoyo que nos limite la bajada, como un banco, o bien podemos hacerlas sin este elemento permitiéndonos realizar una bajada más profunda.
Sea cual sea la opción que escojamos la ejecución va a ser la misma o, al menos, similar en el 95% de la ejecución.
- Nos colocamos de pie, con las piernas abiertas una anchura similar a la de nuestros hombros o nuestras caderas para contar con una buena estabilidad.
- Flexionamos las rodillas manteniendo la espalda recta. En el caso de realizarlas con la ayuda de un banco bajaremos hasta notarlo levemente, y sin llegar a sentarnos por completo, iniciaremos la siguiente repetición.
- En el caso de no utilizar un banco de guía, realizaremos una sentadilla profunda, bajando todo lo que creamos conveniente más allá del punto en el cual los muslos quedan paralelos al suelo.
- Cuando hayamos llegado al punto máximo en el cual vamos a bajar, iniciaremos el ascenso de forma enérgica y explosiva, saltando y procurando mantener en todo momento la espalda recta.
- Podemos realizar el salto en cada repetición, o alternar de manera que en una repetición no saltaremos, y en la siguiente sí.
- Para ayudarnos a mantener el equilibrio podemos cruzar los brazos por encima de nuestro pecho, o mantenerlos extendidos en el frente.