Así como el insomnio, el sonambulismo o la apnea del sueño, la ansiedad de llevarnos alimentos a la boca en altas horas de la noche es un trastorno peligroso que aparece tras ocultarse el sol. ¿Normal? Definitivamente no.
El hecho de que “asaltar la refri” por las madrugadas sea bastante común, no significa que es algo aceptable o bueno. Este desorden nutricional puede ser el culpable de complicaciones en tu organismo, aumento de peso, malestares estomacales, reflujos, entre otros. ¡Ya no lo confundas con hambre!
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¿POR QUÉ PICAMOS EN LA NOCHE?
El impulso por comer más y más después de las 6:00 pm, y peor aún después de haber cenado, es causado por ansiedad. Para ser exactos, nos referimos a tres actitudes: picar al llegar a casa, cenar fuerte y continuar comiendo luego de este tiempo de comida. ¿Te identificas con alguno?
Picar es un acto compulsivo por saciar ciertas necesidades que no precisamente son alimenticias. Debes entender que no está relacionado con el hambre y que consiste en un trastorno alimenticio específico llamado síndrome de comedor nocturno.
¿CÓMO SABER SI TENGO EL SÍNDROME DE COMEDOR NOCTURNO?
- Síntoma 1: no tener apetito durante la mañana al punto de nunca desayunar.
- Síntoma 2: consumir más del 50% de la comida de todo el día solo en el tiempo de cena y después de ella, pues es cuando m.s apetito te da.
- Síntoma 3: interrumpir el sueño y levantarse a comer para poder regresar a dormir.
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RIESGOS DE ESTE TRASTORNO
Son dos las situaciones que desencadenan en daños a tu salud.
1. El exceso o sobrecarga de comida al que exponemos nuestro cuerpo. Sí, es más comida de la que él está capacitado a procesar, más cantidad de grasa, más azúcares, más sales, más carbohidratos, y todo ello puede derivar en enfermedades crónicas como sobrepeso, colesterol alto, diabetes, hipertensión, reflujo gástrico, problemas de sueño, entre otros.
2. Las altas horas del día. Si de por sí comer de más daña tu salud, hacerlo de noche es doblemente perjudicial. ¿Por qué? Pues porque el cuerpo está próximo al descanso, por lo que ya no tendrá la facilidad de procesar esa comida. Durante las actividades que hacemos en el día tenemos la oportunidad de quemar las calorías consumidas, haciendo que nuestros sistemas trabajen en óptimas condiciones. Al comer tarde, haces más lento tu metabolismo, provocas falta de apetito por la mañana, saltándote el desayuno y comiendo menos durante el día por el sentimiento de culpa que te embarga.
ENTRE 6% Y 16% DE PACIENTES QUE SE ENCUENTRAN EN REDUCCIÓN DE PESO PADECEN DE SÍNDROME DE COMEDOR NOCTURNO.
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PLAN PARA ABANDONAR ESTA MALA PRÁCTICA
- Ser consciente y determinado. Si aún no es un hábito arraigado, puedes abandonarlo entendiendo que es signo de alerta y tomando la decisión de no hacerlo más.
- Evita las tentaciones. Es momento de limpiar tu habitación, vaciando aquellos cajones donde guardas golosinas, lavando tus dientes luego de cenar y ocupando tu cabeza en otras actividades antes de dormir.
- Alimentos de ayuda. Durante la cena incluye alimentos ricos en serotonina y triptófano que dan saciedad, calman el organismo y mejoran los patrones de sueño. Sugerimos: piña, kiwi, ciruelas, aguacate, berenjena, espinaca, maní y frijol de soya.
- Atención profesional. En caso que no puedas dejar este mal hábito tan arraigado a ti, consulta a un experto de la nutrición para solucionarlo.