Todos los padres se preocupan mucho porque sus hijos les preguntan sobre sexo y no saben qué hacer. Siempre conteste solo lo que el niño pregunta. No se extienda, porque el niño quizás solo quiera saber eso que pregunta y al darle mucha información lo confundirá en vez de aclararle las dudas.
Si usted no le contesta la pregunta, él seguirá preguntando y podrá empezar a creer que usted no quiere hablar de sexo. Pensará que el sexo es malo y que eso hace sentir incómodos a papá y a mamá. No hablará de sexo con ustedes con el agravante de que le preguntará a sus amiguitos quienes, seguramente, estén más atrasados que él y, en vez de ayudarle, lo mal educarán sexualmente.
Si le miente, averiguará la respuesta tarde o temprano y dirá ‘mamá es una mentirosa y mejor si no le pregunto de sexo’. Eso es lo peor que puede hacer porque no le servirá de ayuda. Peor aún, perdería la confianza en sus padres y recuperarla será muy complicado.
Sin embargo, usted no puede darle a su hijo lo que no tiene. Por tanto, si usted quiere educar a su hijo sexualmente, comience por educarse usted sexualmente.
La mejor educación sexual que podemos darle a nuestros hijos es hacerles ver que el sexo es algo hermoso, que lo disfrutamos, que nos gusta y que vean que respondemos con sinceridad. Para eso usted tiene que trabajar sus tabúes y sus temas sexuales no resueltos.
Siempre exija que a sus hijos le den educación sexual en la escuela. La educación sexual es educar en los afectos, en las relaciones y en la responsabilidad. No olvide que usted tiene que demostrarle con su manera de ser que está bien hablar de la sexualidad.
A los adolescentes es muy importante hablarles de la sexualidad mucho más ampliamente y discutir el tema con sinceridad. La educación sexual comienza cuando usted está embarazada y acepta el sexo de su bebé. ¡Comienza desde que el niño está en su útero!
Por: Dra. Nancy Álvarez