Esposa, madre de tres hijos, artesana y pintora que, como Administradora de Empresas, dedicó 29 años a la Corte de Cuentas de República.
Actualmente, Patricia disfruta cada momento a lado de su familia, mascotas y plantas, luego de que el cáncer de mama tocara a su puerta, no sin dejarle una gran enseñanza que ahora comparte llena de emociones encontradas, pero segura de llevar un testimonio de prevención en este mes rosa.
¿Cómo llegó hasta su diagnóstico de cáncer de mama?
Toda mi vida he sido muy cuidadosa con mis controles médicos y el 19 de mayo de 2017, al regresar del trabajo me dio un fuerte dolor en la mama izquierda. Me hice un examen de tacto y sentí una pelotita cerca de las costillas, no muy definida. Nueve meses atrás me había realizado la mamografía y todo había salido bien.
A raíz del dolor, mi hija y mi esposo (ambos médicos) me dijeron que lo mejor era hacer otra mamografía. El día 21 me la hice y no se veía nada. El doctor repitió la prueba tomando más tejido desde la costilla, y apareció el tumor de 1.5 cm. Luego me hicieron la ultrasonografía que confirmó la apariencia maligna.
El mismo día consulté con el oncólogo, me hizo una biopsia por congelación y tomé la decisión que si era canceroso, me extirpara la mama. Mi esposo, mis hijos y yo estábamos muy asustados, ya que tengo familiares con cáncer que no tuvieron buenos resultados. El día 28, tras la cirugía se analizó el tumor y los resultados dieron que era cáncer, en ese mismo momento se procedió a extirparme la mama.
¿Cómo fue el proceso después?
Después de la cicatrización, a mediados de julio, comencé con un proceso de seis quimioterapias desgastantes, pero me daban seguridad. Se terminaron a mediados de noviembre y mi familia y yo estábamos contentos. En diciembre comencé con una terapia hormonal durante cinco años, la cual terminé en enero de 2022.
Esta terapia era fuerte y mi afectaba el hígado, la digestión, me deprimía y tenía dolores musculares, pero estos síntomas eran manejables, sabiendo que tenía un propósito. Actualmente estoy bien, la mamografía y las ultrasonografías están limpias y no presento síntomas preocupantes.
SU FE FUE UN APOYO IMPRESCINDIBLE
Al hablar desde el corazón, es mi creencia y aceptación de la voluntad de Dios en mi vida. Después de analizar la forma en que se presentó el cáncer, al darme un dolor agudo (según dicen los expertos, el cáncer no presenta dolor), eso desencadenó todo el proceso para eliminarlo.
¿Cuál ha sido su mayor aprendizaje?
Entendí que está lección no solo era mía sino de toda mi familia. Hoy me siento agradecida porque fue como que me dijeron “no soy ese Dios al que le pedís… soy un Dios para vivir, soy tus semejantes”. En el proceso toda mi familia estuvo involucrada, ellos fueron el bastón en el que me apoyé. En este camino me encontré un ángel en la Tierra, mi gran amiga Ma- ría Rodríguez, a quien le tengo gran agradecimiento. Y a todo el personal de médicos y enfermeras que fueron muy profesionales, dulces y atentos.
¿Cuál es su consejo para las mujeres?
Hacerse su autoexamen a la hora del baño constantemente, las mamografías y ultrasonografías según los protocolos, de acuerdo a su edad, llevar una alimentación saludable, comer muchos vegetales, frutas y las proteínas necesarias, y realizar actividad física como caminar, yoga, danza o tai chi, por lo menos tres veces por semana.
Y en el caso de que el cáncer ya esté diagnosticado, deben seguir las indicaciones de los médicos y tener una actitud positiva, basada en la aceptación de la voluntad de Dios, todo tiene un propósito que sabremos en su momento.
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