Es posible que ocurran hechos ambientales o de otro tipo, los cuales pueden causar afectaciones en el uso de este medicamento.
Por eso, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) señalan algunas recomendaciones para tener en cuenta en casos de emergencia, por ejemplo, si hay una tormenta, inundación, etc, y se va la electricidad por mucho tiempo y no hay un lugar para refrigerarla.
Mantener la insulina lo más fría posible, pero evitar congelarla (puede ser menos eficaz).
Mantener la insulina en un lugar fresco donde no esté cerca de calor directo o de la luz del sol.
Puede utilizarse la insulina que se encuentre en un vial que esté abierto o cerrado y haya estado guardado a temperatura ambiente (de 59 a 86 °F) hasta por 4 semanas.
En caso de que no haya otra opción y se deba utilizar la insulina guardada a más de 86°F y es un caso de emergencia, es importante monitorear constantemente los niveles de glucosa.
Tener a una persona pendiente al estado de salud en caso de que se requiera ayuda médica.
Luego de que pase la emergencia se debe consultar a un doctor para verificar el estado de salud. “Cuando pueda conseguir su insulina habitual y almacenarla de manera adecuada, deseche toda la insulina que haya estado a temperatura ambiente o expuesta a temperaturas extremas. Planee visitar a su médico si tiene preguntas sobre cómo manejar la diabetes en adelante o si tiene cualquier otra preocupación de salud”, apuntan los CDC.
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