La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que el consumo de azúcar en los niños no debería sobrepasar 10% de la ingesta calórica total del día en una dieta de 1,750 calorías.
Ya que problemas en los dientes, obesidad, diabetes temprana o colesterol alto son algunos riesgos que se esconden detrás de una dieta alta en azúcares.
Parte del problema es que gran parte de los azúcares que se consumen en la actualidad están "ocultos" en alimentos procesados que generalmente no se consideran dulces cuando los incluimos en la cesta de la compra.
Por ejemplo, una cucharada de ketchup contiene aproximadamente 4 gramos de azúcares añadidos (una cucharadita) y una lata de refresco contiene hasta 40 gramos (alrededor de 10 cucharaditas).
Sabemos que incluso para los adultos es difícil mantenerse lejos de los azucares, sin embargo existen productos sustitutos que los nutricionistas recomiendan.
Algunas bebidas azucaradas, caramelos, galletas, tartas, postres y cereales superan las recomendaciones nutricionales de las autoridades sanitarias, por su alto contenido de azúcar.
Y la principal responsabilidad recae sobre los padres que pueden cambiar alimentos ricos en azúcares por una versión más sana.
Estas son algunas ideas:
- Los postres lácteos suelen ser una golosina muy dulce para los niños, pero cambiarlo por un yogur normal puede recortar la ingesta de azúcares a la mitad.
- Los jugos en cajita suelen ser una trampa calórica. Se tiende a pensar que solo contienen el azúcar natural presente en la fruta, pero hay que mirar bien la etiqueta. Cambiar un zumo con azúcar añadida por uno que no la lleva, reduce la ingesta de dos cubos a medio.
- Cambiar los cereales de desayuno con cobertura glaseada o chocolate por una marca con menor contenido reduce de tres a medio cubo de azúcar por tazón.
Intercambiar chocolate, budines, dulces, pasteles y cereales por opciones más saludables como pan de malta, jaleas sin azúcar, natillas o flanes con bajo contenido de azúcar tiene un impacto en la salud mucho mayor, según el sitio web de la campaña Change4Life.
Realizar estos pequeños cambios elimina el consumo de 2,500 terrones de azúcar al año de la dieta de los niños.