El descanso es algo fundamental para el cerebro, ya que los neurotransmisores cerebrales se reponen mientras dormimos. Un trabajo realizado por investigadores del Instituto Nacional de Investigación en Salud y Medicina de Francia y la Universidad de París, en colaboración con el University College London, ha encontrado una asociación entre dormir poco en la mediana edad y un mayor riesgo de desarrollar demencia en el futuro.
La investigación indica en concreto que las personas que tienen entre 50 y 70 años y que duermen seis horas o menos cada día tienen entre un 20% y un 40% más probabilidades de padecer demencia con el paso de los años porque el cerebro se ve afectado por la falta de descanso.
“Se sabe que los problemas del sueño ocurren en personas con demencia, pero no está claro si la duración del sueño en la mediana edad afecta al riesgo de desarrollar demencia en edades más avanzadas”, explica la dra. Séverine Sabia, una de las autoras del estudio.
El trabajo contó con la participación de 7.959 británicos que tuvieron que informar de la duración de su sueño seis veces entre 1985, cuando tenían entre 35 y 55 años, y 2015 con una edad entre 63 y 86 años. Estos datos fueron proporcionados por los participantes hasta 2012, cuando se les dotó de un reloj acelerómetro a casi la mitad de ellos (3.900) que ayudó a comprobar la exactitud de sus estimaciones.
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Una buena higiene del sueño es clave para el cerebro
Los resultados demostraron esta asociación incluso independientemente de los posibles problemas cardiovasculares, metabólicos o psicológicos que tuvieran estas personas, y que están catalogados como factores de riesgo de la demencia. Por tanto, existe evidencia que muestra que el descanso nocturno en la mediana edad podría desempeñar un papel muy importante en la salud cerebral, aunque no se ha demostrado una relación de causa y efecto.
“El sueño es importante para la salud de nuestro cerebro, ya que está involucrado en el aprendizaje y la memoria, la eliminación de desechos del cerebro y la capacidad de las células cerebrales para mantenerse sanas. Es necesario comprender mejor cómo las características del sueño pueden influir en nuestro riesgo de demencia, ya que esto podría ayudar a los investigadores a desarrollar nuevas formas de reducir dicho riesgo o retrasar su progresión”, agrega la dra. Archana Singh-Manoux.
Por todo ello, los investigadores han recalcado la importancia de tener una buena higiene del sueño para lograr tener un buen descanso en cualquier etapa de la vida, pero más todavía en la mediana edad, para poder evitar problemas de demencia futuros, como puede ser el alzhéimer.