Familia & hogar

Consejos para auxiliar a un niño en caso de asfixia

martes 6, agosto 2024 - 7:00 am

Cuando un niño se está asfixiando, significa que un objeto, generalmente un alimento o un juguete, se ha quedado alojado en su tráquea (la vía respiratoria). Cuando esto ocurre, impide que el aire pase con normalidad hacia y desde los pulmones, por lo que el niño no puede respirar bien.

La tráquea suele estar protegida por un pequeño pliegue de tejido llamado epiglotis. La tráquea y el esófago comparten un orificio común en la parte posterior de la garganta. La epiglotis actúa como si fuera una tapa, cerrándose sobre la tráquea cada vez que la persona traga. Esto permite que los alimentos bajen por el esófago e impide que bajen por la tráquea.

Pero, de vez en cuando, la epiglotis no se cierra lo bastante deprisa y un objeto se puede colar hacia la tráquea. Esto es lo que ocurre cuando alguien dice que algo "se le ha ido por el otro lado".

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La mayoría de las veces, el alimento u objeto solo obstruye la tráquea parcialmente, se expulsa tosiendo, y la respiración vuelve a la normalidad rápidamente. Los niños que se atragantan, parece que están empezando a asfixiarse y tosen pero siguen siendo capaces de respirar y de hablar, se suelen recuperar sin ayuda. Puede ser molesto e incómodo y hasta les puede llegar a asustar, pero se suelen encontrar bien al cabo de pocos segundos.

Tu pequeño necesita ayuda inmediata si hace esto:

  • No puede respirar
  • Jadea o boquea, esforzándose por respirar
  • No puede hablar, llorar ni emitir sonidos
  • Se pone azul
  • Se sujeta la garganta y/o agita los brazos
  • Parece estar asustado
  • Se vuelve flácido o pierde la conciencia

En estos casos, inicia inmediatamente las compresiones abdominales (también conocidos como "maniobra de Heimlich"), el procedimiento estándar de rescate en los casos de asfixia por aspiración, siempre que dispongas de la formación necesaria para hacerlos.

¿Qué son las compresiones abdominales (la maniobra de Heimlich)?

Si tienes hijos, es importante que reciba formación sobre las técnicas de la reanimación cardiopulmonar o RCP y de las compresiones abdominales (o maniobra de Heimlich). Incluso aunque no tenga hijos, dominar estos procedimientos de primeros auxilios permitirá salvar la vida de cualquier personas que se esté asfixiando.

Cuando una persona hace las compresiones abdominales, un flujo forzado y repentino de aire sale hacia arriba por la tráquea y desde el diafragma, lo que hará que un objeto extraño alojado en el interior de la tráquea salga volando hasta llegar a la boca (o incluso al exterior).

Aunque la técnica es bastante sencilla, debe hacerse con precaución, sobre todo en los niños pequeños. Es más segura cuando la lleva a cabo una persona que se ha entrenado en esta técnica. Si se hace mal, la persona que se está asfixiando, sobre todo si se trata de un bebé o de un niño pequeño, podría salir lesionada. Hay una versión especial de la maniobra de Heimlich para bebés que está pensada para reducir el riesgo de provocar lesiones en unos cuerpos de tamaño tan reducido.

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¿Cómo prevenir la asfixia por aspiración?

Todos los niños se exponen al riesgo de asfixiarse después de atragantarse con algo, pero los que aún no han cumplido tres años son los más vulnerables. Los niños pequeños tienden a meterse cosas en la boca, tienen las vías respiratorias más estrechas, por lo que se obstruyen con mayor facilidad, y no tienen mucha experiencia en masticar; por eso, tienden a tragarse los alimentos enteros.

Para ayudar a proteger a los niños pequeños:

  • Evita los alimentos que supongan un riesgo de asfixia por aspiración (como los hot dogs, las uvas, las zanahorias crudas, los frutos secos, las pasas, dulces, gomitas, las cucharadas llenas de mantequilla de maní o de otras cremas, pastas o patés densos, los trozos grandes de carne o queso y las palomitas de maíz), que son de una forma y tamaño similares a los de las vías respiratorias de los niños pequeños.
  • A las horas de las comidas, asegúrate de servir a los niños de esta edad alimentos en trozos pequeños. Esto significa cortar las uvas a cuartos, cortar las salchichas a lo largo y en rodajitas (quitándoles la piel), y cocinar las verduras en vez de servirlas crudas. Enseña a tu hijo a sentarse en todas las comidas y a que no hable ni se ría mientras tenga comida en la boca.
  • Los juguetes y los objetos de uso doméstico también suponen un riesgo de asfixia por aspiración; presta atención a los globos desinflados, las monedas, las cuentas, las partes pequeñas de los juguetes y las pilas. Observa el piso de su casa para comprobar que no haya objetos que un niño que todavía está aprendiendo a andar o a gatear se podría llevar a la boca y aspirar.
  • Elije juguetes seguros y adecuados para la edad de tu hijo. Sigue siempre las recomendaciones del fabricante en lo relativo a la edad; algunos juguetes tienen partes pequeñas que pueden causar asfixia. Para saber si un juguete es demasiado pequeño, comprueba si pasa fácilmente por el interior del tubito de cartón que hay dentro del papel higiénico. Si pasa, es que es demasiado pequeño.

 



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