¿Cómo tener la piel del cuerpo suave y tersa? Esa es la pregunta que se hacen muchas personas que quieren cambiar la situación de su piel. Para tener la piel tersa del cuerpo, no necesitas más que seguir nuestros consejos y tener un poco de paciencia, ya que para conseguir un cambio visible en la piel necesitarás ser constante e ir poco a poco.
¡Exfóliate!
Un exfoliante suave remueve la piel muerta y escamosa de la cara y el cuerpo para evitar manchas y una apariencia opaca. Un exfoliante suave es ideal para tu rutina de cuidado de la piel por la mañana. Es perfecto para limpiar la piel de la suciedad y los residuos.
Si en lugar de un exfoliante suave, prefieres aplicar uno más intenso te recomendamos realizar la exfoliación una o dos veces a la semana para evitar que la piel se dañe demasiado. Además, para un resultado profesional puedes probar a aplicar el producto, ya sea en crema, gel o espuma, con un guante de esponja.
Hidrata la piel
Asegúrate de obtener la dosis diaria recomendada de agua, recuerda beber unos dos litros diarios y tu piel estará realmente hidratada. Además, debes cumplir una rutina de hidratación específica para tu tipo de piel.
Aplica crema hidratante después de la ducha
La ducha, igual que la limpieza facial, son dos de los momentos a los que más atención debemos prestar a nuestra piel. Nadie pone en duda que el último paso de una buena limpieza facial es la aplicación de una crema hidratante que calme nuestra piel y le aporte las vitaminas que necesita. Pues con la piel de nuestro cuerpo sucede lo mismo.
Después de ducharnos nuestra piel está irritada ya que hemos aplicado sobre ella jabones, exfoliantes y productos que nos han ayudado a limpiarla pero que también la han dejado más sensible. Por ello, para recuperar la hidratación debemos aplicar una crema hidratante que calme y devuelva el agua a nuestra piel.
Apuesta por aceite
Es cierto que en algunos casos no contamos con tiempo para aplicarnos una hidratante después de la ducha o que la propia crema se queda corta y en unas horas volvemos a notar la piel de nuestro cuerpo reseca. Para estos casos lo ideal es el aceite.
Mientras todavía estás en la ducha, frota un poco de aceite corporal en todo tu cuerpo. Sellará la humedad con el beneficio adicional de calmar todas las terminaciones nerviosas de la piel. El aceite de coco es buena opción, sin desmerecer el de rosa mosqueta, especialmente indicado en pieles más sensibles que requieren de un cuidado extra.
Este principio activo se extrae de las semillas de los frutos de los rosales silvestres y se usa para el cuidado de la piel y para el cuidado del cuerpo. El aceite de rosa de mosqueta es una de las presentaciones más populares, pero es un ingrediente cada vez más común en cremas y tratamientos para la piel.
No te duches con agua caliente
En verano es tarea fácil seguir este consejo, pero en estaciones menos cálidas suele ser más difícil llevarlo a cabo. El agua súper caliente puede eliminar la humedad de tu piel, ofreciéndole un aspecto de piel opaca y sin vida. Intenta reducir el calor o reducir la duración de la ducha, al contrario de lo que se suele pensar las duchas de agua fría favorecen la desaparición de resfriados en los meses más fríos.