La ablactación es la introducción de cualquier alimento sólido para el lactante a partir de los seis meses. Los alimentos sólidos son un complemento de la leche materna, ya que los requerimientos calóricos del bebé cambian a medida que crece.
El Dr. Eduardo Abrego pediatra especialista en neonatología, explica que la ablactación tiene como objetivo estimular el desarrollo intelectual y cognitivo del bebé.
El especialista recomienda a los padres incorporar un plan de comida con cinco tiempos, es decir, desayuno, almuerzo, cena y dos refrigerios; y comenzar con frutas, verduras y cereales, en forma de papilla.
LA ALIMENTACIÓN NECESARIA EN LOS PRIMEROS MIL DÍAS DE VIDA
“Muchas madres preguntan a qué hora les voy a dar de mamar, si antes o después de la comida, primero va el alimento sólido y luego leche materna. Es importante aclarar que son complementos y no se sustituyen”, explica Abrego.
Dentro de los alimentos que pueden incluirse por primera vez se encuentran la papilla de cereal de arroz, según Abrego es uno de los menos alergénicos. Otra excelente opción es incorporar una fruta por semana: guineo, manzana, pera o papaya.
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Sin embargo, hay alimentos que deben evitarse porque pueden desencadenar una reacción alérgica, entre ellos las semillas secas como el maní, el chocolate y los derivados de la leche de vaca: queso, crema, requesón y sorbetes.
No se aconseja hervir la fruta, ni pasarla por agua caliente, sino raspar la fruta, o si es en el procesador dejar las pastas con trocitos y evitar que quede líquido.
Abrego recomienda que los padres respeten los hábitos alimenticios de sus hijos en cuanto a gusto, texturas y cantidad. También comenta que hay que prestar atención a los tiempos de alimentación, por ejemplo un niño de seis a doce meses, debe darse como máximo para comer 10 minutos, porque después ese proceso ya no es ameno y se vuelve un conflicto.
REQUISITOS PARA INCORPORAR LA ABLACTACIÓN
- El bebé debe sostener con firmeza la cabeza sobre el cuello en una posición central sin doblarla.
- Realizar una evaluación con el pediatra para determinar si está listo para incorporar alimentos sólidos a su alimentación.
- Que el reflejo del rechazo haya desaparecido, este es la defensa que usualmente se confunde con que al niño no le gusta la comida o no quiere comer.
- Ya que esta etapa se considera el inicio de los hábitos alimenticios, no debe hacerse en la sala o dormitorios. Tampoco sentar a los niños a comer en las piernas o en el sillón, sino en la silla.
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La lengua es el sentido más desarrollado del lactante, es importante que él mismo conozca nuevos sabores y texturas, para identificar qué sabor le gusta más.
Fuente:
Eduardo Abrego
Pediatra neonatólogo
2268-8890 y 7885-8994