Estamos en un mundo en constante movimiento, en el que muchos no solo nos preocupamos por ser y vernos saludables, sino también frescos y jóvenes.
Constantemente buscamos sentirnos seguros de quiénes somos.
Hoy en día, hay muchos tratamientos para la piel que pueden ayudarnos a suplir las necesidades de cada fase de nuestra vida.
La década de la juventud – De los 20 a los 30
Antes considerábamos que los signos de la edad se trataban una vez expuestos. Eso ha cambiado y ya existen tratamientos para aplicarnos de manera preventiva y en edades tempranas.
Para un cutis fresco, sano, luminoso y que proyecte una imagen personal adecuada, te recomendamos:
- Rutinas de limpieza en casa, al menos dos veces por semana.
- Faciales de hidratación profunda.
- Microdermoabrasión una vez al mes.
- Terapias de tonificación facial con radiofrecuencia.
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La madurez de los 30 a los 40
Tenemos muy claro que esta etapa se caracteriza por la presencia de cambios metabólicos y hormonales que indican el envejecimiento prematuro. Aquí puedes optar por:
Aplicación estricta de cremas, una para el día y otra para la noche (es importante que sean diferentes, pues cada una está adaptada para cada momento del día).
- Aplicación de botox en las líneas de expresión.
- Tratamientos de hidratación y restauración.
La sabiduría de “los 40 para allá”
Aquí notamos en nuestro rostro cambios como manchas y líneas de expresión más marcadas, flacidez cutánea en incremento: “bolsitas en los ojos”, caída de las cejas y los famosos signos de “marioneta”.
- Redensificación con ácido hialurónico en las zonas donde se pierde el tejido graso natural del rostro.
- Tonificación con radiofrecuencia bipolar en zonas de rostro, cuello y escote.
- Utilizar cosmética libre de parabenes: cosmética biotecnológica (generados de forma natural a partir de organismos vivos, obteniendo la molécula biológicamente más activa).
Fuente:
Dra. Verónica de Avoleván
Medicina estética.
@veronica_avolevan