“Hecho con amor”, es el lema de una de las tendencias culinarias más populares del momento, el “slow food”, que exalta la comida sin tanto adorno y con la sencillez de la preparación casera, todo muy sencillo pero sustancioso; pues esta nueva forma de ver la comida a traspasado a la decoración y arquitectura, el “slow home” es una nueva tendencia de diseñar espacios y ha llegado para quedarse.
La paz y la armonía podrían ser las dos sensaciones que brillan por su ausencia en las rutinas diarias que todos llevamos, y es que el “slow home” no solo se trata de diseño de interiores, es todo un estilo de vida.
Características de un hogar para vivir, no para aparentar
¿Por qué convivir con objetos que no nos aportan nada? Un slow home está caracterizado por espacios luminosos, modernos y llenos de vida, donde no se acumulan las piezas de arte, son hogares sencillos, que facilitan el orden y se adecuan a las necesidades de sus dueños, se busca la conexión directa con el ambiente a través de materiales naturales, las formas irregulares y la simplicidad.
Desde accesorios con una función específica hasta elementos que nos evocan recuerdos felices o son un regalo de alguien especial. La decoración ‘slow home’ tiene como base a todas esas piezas (prácticas o sentimentales) que configuran nuestro rompecabezas de la vida.
Las plantas también son muy recurrentes en este tipo de interiorismos, ya que además de conectarnos directamente con la naturaleza aportan un toque de calidez y de energía positiva a nuestros rincones.
Los rincones especiales son parte importante del “slow home”, ya sea para leer, escribir o dibujar, estos pequeños rincones, no estamos hablando de oficinas completas, son ideales para desconectarse, para crearlos no necesitas mucho, bastará con varios cojines esparcidos estratégicamente por el suelo, una alfombra o un sillón en el que puedas desde ver la tele hasta dormir la siesta de los domingos.