Cada etapa de la vida es diferente, cada década que pasa nos trae cambios. Por ello, mientras más pasan los años respondemos de mejor manera a experiencias nuevas. Lo que sigue a continuación es un extracto de un artículo de Paula Halperín en Yahoo!, quien escribió sus pensamientos sobre esto.

Cuarentona, madurita, mujer de las cuatro décadas… son muchas las denominaciones que no nos caen en gracia cuando llegamos a ese período en que pasamos por la mitad de la vida. Y quizás eso es lo que nos preocupa, saber que tenemos medio camino recorrido pero todavía no estamos preparadas para pensar en el final. Es cierto que en ese momento caemos en la cuenta de que hay un final, porque hasta ahí no lo creíamos del todo.

No todo es malo. También comenzamos a tener una gran cantidad de ventajas que hacen que la balanza se incline para el lado positivo:

-Nos sentimos mas seguras porque no le damos tanta importancia a lo que piensan los demás.

-Gracias al punto anterior nos volvemos más seductoras.

-Si estamos solas, sabemos elegir a los hombres, pero no queremos repetir errores del pasado.

-Nos llevamos mejor con la suegra porque ya se puede decir que somos dos mujeres con mucha experiencia.

-También nos hacemos respetar en el trabajo, el derecho de piso lo pagamos hace rato.

-Tenemos la cabeza más abierta, con menos prejuicios.

-Aún somos mujeres jóvenes y deseables, porque estamos en la flor de la edad.

Basta de palabras y no perdamos más tiempo. A disfrutar porque seguramente a los 60 ya vamos a estar extrañando los 40.