La mayoría de los padres hacen todo lo posible para proporcionar a sus hijos una infancia feliz y saludable, pero incluso los padres con las mejores intenciones del mundo pueden cometer errores que pueden dar lugar a problemas emocionales severos en los niños.
Desafortunadamente, algunos padres van más allá del error ocasional y pueden convertirse en padres tóxicos con graves consecuencias para el desarrollo de sus hijos.
Hay varios comportamientos que pueden causar daños emocionales y también mentales a los niños y que puede afectarles en gran medida en su vida adulta. Si has experimentando algunas de las siguientes situaciones en tu infancia, existen probabilidades de que uno o tus dos padres fuesen padres tóxicos. Pero es deber de los padres darse cuenta de sus propios comportamientos para poder identificar si se trata o no de un comportamiento tóxico.
Ser demasiado crítico
Los padres en ocasiones critican, pero un padre tóxico lleva esto al extremo y se convierte en alguien demasiado crítico sobre todo lo que su hijo hace. Los padres pueden cometer el error de creer que lo que hacen es algo bueno para evitar que sus hijos cometan errores. Pero por desgracia, lo que realmente están haciendo cuando critican a sus hijos es forzarles a tener una baja autoestima y que desarrollen una crítica interna demasiado dura en su corazón, algo que les limitará notablemente en la vida adulta.
No proporcionar seguridad a sus hijos
Algunas personas creen que se demuestra amor asegurándose de que sus hijos serán capaces de cuidarse por sí mismos en el futuro. Pero los niños necesitan sentir la cantidad adecuada de seguridad y apoyo desde que nacen e incluso en la vida adulta mientras sus padres estén a su lado. La mano dura podría funcionar a veces, pero no puede ser el único objetivo en la educación de los hijos si quieren que sus hijos sean adultos equilibrados.
No dejar al niño su propio espacio
Los padres tóxicos a menudo requieren la atención de sus hijos de forma exagerada. Desde fuera puede parecer una bonita unión entre padre e hijo, pero la realidad es que es una relación parasitaria por parte del padre (o madre) que exige demasiado tiempo del niño cuando debería estar aprendiendo otras habilidades. Unos padres equilibrados permitirán a sus hijos el espacio suficiente para crecer y ser niños, sin exigir una interacción constante y asfixiante con la única intención de satisfacer sus propias necesidades.
Hacer bromas pesadas
De vez en cuando los padres se meten con sus hijos «de broma» y hacen chistes de ellos mofándose y se escudan diciendo que sólo es humor. Este comportamiento no es aceptable en ningún caso, no importa si la broma es de la altura, del peso o de cualquier otra característica. Esto puede hacer que los niños se sientan muy mal y que les afecte negativamente en su desarrollo emocional. Un padre debe ser honesto, pero no crítico y mucho menos hablar a sus hijos en tono burlesco.
No permitir que sus hijos expresen las emociones
Hay padres que no permiten que sus hijos expresen las emociones, sobre todo las negativas. Esto es una negación a satisfacer las necesidades emocionales de sus hijos y en un futuro el niño será incapaz de expresar sus sentimientos, repercutiendo muy negativamente en su autoestima, identidad y comportamiento. Los sentimientos positivos está bien tenerlos en cuenta, pero los sentimientos negativos también son importantes y si ellos no aprenden a entenderlos y a poner palabras a sus emociones, puede repercutir en depresión y en convertirse en personas negativas e incluso tóxicas.
FUENTE: Etapainfantil.com
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