Es muy importante entrenar a nuestros niños hemofílicos para que aprendan a manejar o disminuir la tensión que les producen los eventos cotidianos de su vida, así como los diferentes procedimientos médicos dolorosos.
Primero, siente al niño en una silla baja de tal forma que sus pies toquen el piso, debe estar erguido con la cabeza alta y las manos sobre sus rodillas.
Guíe al niño con mucho amor a que realice los siguientes ejercicios de respiración:
-Con la boca cerrada dígale que inhale tranquilamente todo el aire que pueda, este aire lo va a llevar hasta su abdomen. Tiene que imaginar que está inflando un globo, ya que su pancita se expandirá como uno.
-Llévelo a que cuente mentalmente despacio 1, 2, 3 sosteniendo el aire, y dejarlo salir mientras cuenta 4, 5, 6. Para entonces su “globo” debe estar vacío y listo para ser inflado nuevamente.
Esta respiración, el niño la debe repetir por lo menos 3 veces, diciendo “inhala” y “exhala”. La manera más simple de saber si está inhalando bien es que el niño ponga sus manos a la altura del ombligo para que sienta cómo se expande su abdomen.
Una manera de comprobar que está exhalando bien es poner la mano frente a la boca, para que sienta la suavidad con la que sale el aire.
Anime al niño a realizar este ejercicio el solo. Cuando ya sea un experto, guíe al niño a que en lugar de contar al exhalar cuatro, cinco, seis, piense re-la-ja-te y diga su nombre.
Fuente: Manual de Técnicas de Relajación Para Niños con Hemofilia de las maestras Maricela Osorio Guzmán, Georgina E. Bazán Riverón y Patricia Paredes Rivera.