Es la época de calor y entre reuniones con los amigos y aperitivos, la sed siempre llega y es normal que muchas veces se escoja una cerveza o un trago refrescante. Sin embargo, el alcohol, colorantes, edulcorantes, azúcares añadidos, estabilizadores, conservantes casi siempre están presentes en estas bebidas y no es necesario dejar de disfrutar, lo importante es hacer mejores elecciones para hidratarnos, aquí te recomendamos algunas.
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El agua
Es la reina indiscutible de la mejor hidratación, no nos parece suficientemente festiva, otras veces queremos escapar de su rutina o darle un toque especial al calor estival. Por eso, con su permiso, te damos algunas ideas de bebidas refrescantes y saludables que podrás hacer en casa o animarte a pedir en los bares.
1. Aguas de frutas
Estas originales y vistosas bebidas están cada vez más de moda. Son una forma muy original de darle un toque de sabor al agua, que además permite una innovación constante de combinaciones y nuevos sabores.
Basta con echar al agua tus frutas preferidas en trozos grandes y, si lo deseas, alguna hierba aromática. Te recomendamos que pruebes la de pepino y kiwi, la de mandarina y fresa, o la de frambuesa y menta. Añade unos cubos grandes de hielo y tómala a cualquier hora del día.
Fíjate en los restaurantes y chiringuitos porque cada vez son más los que las tienen en sus cartas o incluso a disposición de los clientes en garrafas grandes que tú mismo puedes servirte.
2. Agua de melón. Esta receta es una versión un poco más elaborada que la anterior, para ello tendrás que triturar medio melón, exprimir un limón pequeño o una lima, mezclarlos, añadir un poco de agua y, si quieres, algo que le dé un toque dulce (miel o azúcar de caña). Para decorarlo puedes poner frambuesas enteras. Enfríalo en la nevera y añade hielo cuando lo vayas a servir.
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Sangría sin alcohol
Sabemos que la sangría es una de las favoritas del verano, pero a veces no pasa nada si la sustituimos por otras opciones más saludables, una opción perfecta también para invitar a tus amigos que no pueden o quieren beber alcohol. Aquí la base es el mosto: por cada litro, que puede ser del morado o del verde y batirlo con un puñado de arándanos para que le den color y un sabor muy especial, añade el zumo de dos naranjas y el de un limón, y al igual que su versión alcohólica, ponle hielo y trozos de frutas al gusto, puedes utilizar melocotón, naranja, lima, plátano, naranja... ¡al gusto!
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Smoothies
Seguro que ya has visto más de un puesto especializado en esta especie de batido helado. Esta bebida, que nos llega directa desde Estados Unidos, donde lleva décadas triunfando, si bien se elabora con productos naturales, frutas y lácteos, es una bebida mucho más contundente, más rica en azúcares y de la que tampoco hay que abusar. Existen tantos smoothies como frutas y verduras o combinaciones se te ocurran, la clave para elaborarlos es añadirles algún lácteo, como leche (de vaca, de avena, de coco...) o yogur, y algún edulcorante (azúcar, miel, sirope de arce, dátiles...).
Si los ingredientes que has elegido son muy líquidos, por ejemplo si has elegido naranja, fresa y leche, puedes añadir espesantes como la chía, el lino o la avena para darles consistencia. Además puedes ponerles un toque personal añadiendo canela en polvo, nuez moscada, hojas de menta o extracto de vainilla. Y, ¡por supuesto!, no olvides añadir el hielo y batir muy muy bien para darle esa textura cremosa que identifica al smoothie.
Te recomendamos el de zanahoria, piña, espinacas y manzana (al que igual tienes que añadir un poco de agua), el de mango, vainilla y leche de almendra (que puedes hacer con mango congelado) y el veraniego smoothie de sandía y melón, al que puedes añadir chía y menta.
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Té frío
El té es una bebida muy saludable, que en España sin embargo nos resistimos a tomar en verano. Dejando de lado bebidas tipo refresco hechas a base de té, que no dejan de ser una fuente de azúcares a lo loco, podemos optar por enfriar nuestros tés preferidos, e incluso añadir hierbas y especias que combinen con esta versión fresca.
Puedes hacer el té igual que siempre y dejarlo enfriar, o bien, si no tienes tiempo, ponle hierbas extra para ayudar a que coja sabor aunque el agua no esté caliente.Te recomendamos el té verde con cúrcuma y jengibre, o el negro con un toque de limón y fresas.
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Mojito sin gin
Pocas cosas hay más refrescantes que la menta y el limón, así que, por qué no, anímate a preparar esta bebida sin alcohol para tus copas antes o después de la cena. Te hará falta el zumo de un limón (más alguna rodaja de lima o limón para decorar), algún edulcorante como azúcar moreno o azúcar de coco, una rama de menta, agua con gas y hielo picado. Mezcla y no agites.
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Leche preparada
Para las tardes más dulces te recomendamos esta receta alicantina superfácil de preparar. Pon a calentar un litro de leche junto a tres cucharadas de azúcar, una rodaja de limón y un palito de canela, remueve constantemente y, cuando rompa a hervir, retira del fuego. Enfría en la nevera unas horas y ¡listo!
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Granizados en casa
Es posible. Si no tienes heladera, puedes hacerlo mezclando el zumo (o café) con hielo y batiendo, aunque esta opción es la más rápida, todo se queda un poco más insípido. Pero más tedioso es mejor meter la mezcla ya preparada, y edulcorada si hiciera falta, en el congelador, e ir dándole vueltas cada media hora hasta que congele.
Puedes hacerlo con zumos de frutas, café, té..., o incluso con las recetas de sangría y mojito. Te recomendamos el de frutos rojos (moras, frambuesas, fresas, zumo de limón y azúcar a partes iguales), el de piña y coco, que puedes hacer con zumo de piña natural y agua de coco, y el de limón y romero (zumo de limón, agua y azúcar con unas ramitas de romero).
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