El exceso de gases en tu bebé puede producir diferentes molestias. Para prevenirlas puedes seguir las siguientes recomendaciones:
Adopta una buena postura de amamantamiento:
El bebé debe agarrarse al pecho con la boca bien abierta, los labios hacia afuera y la barbilla y la nariz tocando el pecho.
Además, no debe estar demasiado encogido, sino estirado. Deja que succione tranquilo y vacíe por completo el pecho antes de pasar al otro.
Vigila el biberón:
Asegúrate de que el orificio no sea demasiado pequeño, o al bebé le costará succionar y tragará aire, ni demasiado grande, para que no coma demasiado rápido.
Puedes conseguir biberones especialmente diseñados para evitar o reducir los gases.
Ayúdale a expulsar los gases:
Una vez que el bebé ha comido, tiene que eructar. Colócalo sobre tu espalda, con la barbilla apoyada en el hombro y dale unas palmaditas suaves con la mano, esta es la postura más habitual.
Otra posibilidad es dejarlo boca abajo, levantándole la cabeza para que queda más alta que el pecho, e insistir con las palmadas.
Te puede interesar: CÓMO SABER SI EL BEBÉ ESTÁ COMIENDO BIEN
Tomas relajadas:
El bebé tiene que comer tranquilo, sin ansia ni llantos, tragando con calma. Es mejor que coma de acuerdo a un horario. Además, conviene mantenerlo erguido un rato después de comer.
¿Por qué los bebés sufren gases?
Los factores más comunes que generan gases en los bebés e identificar cuáles son los que los provocan en tu pequeño para poder ponerles remedio:
- No sacar bien el aire después de las tomas. Es primordial que nuestro bebé eructe después de ingerir su leche.
- Una mala postura de succión: el bebé traga mucho aire mientras come, porque no tiene la boca completamente cerrada.
- Cólicos del lactante: si nuestro bebé los sufre, le provocarán crisis de llanto prolongado, lo que hará que trague aire y sea más propenso a tener gases.
- Intolerancias lácteas: la difícil digestión de la lactosa, las proteínas y otros nutrientes presentes la leche materna o de fórmula; se acompaña de retortijones y llanto.
- APLV: algunos lactantes pueden ser alérgicos a la proteínas de la leche de vaca (APLV) y tener dificultades intestinales.
- La introducción de alimentos sólidos puede causar pequeños desórdenes alimentarios y gases, es importante evitar verduras flatulentas como el brócoli o la coliflor.
También puedes leer: ¿TE PREOCUPA EL SUEÑO IRREGULAR DE TU HIJO?