Mientras que los golpes físicos pueden tardar algunos días o semanas en sanar, los comentarios pueden dejar cicatrices para toda la vida. Ya sea una crítica hecha por un maestro en la infancia, un comentario en una discusión con la pareja, se tiende a recordar más los comentarios negativos que los positivos. Esto se debe al sesgo de negatividad.
¿Qué es el sesgo de negatividad?
Esta tendencia se refiere al concepto en cómo las personas le damos mayor peso a las cosas de naturaleza negativa, como pensamientos poco agradables, emociones, interacciones sociales o eventos traumáticos, en comparación a cosas de naturaleza neutral o positiva.
Algo muy positivo por lo general tendrá menor impacto en el pensamiento y en el comportamiento que algo de igual peso emocional negativo.
Pensar negativo puede ser positivo
Centrarse en las cosas negativas puede ser un pensamiento muy deprimente de cómo vemos y percibimos las cosas, sin embargo este sesgo ha permitido la superación de diferentes adversidades para la humanidad, desde desastres naturales hasta plagas y guerras.
Según Roy Baumeister, psicólogo social de la Universidad de Queensland: "Nuestros antepasados que tenían ese sesgo tenían más probabilidades de sobrevivir".
Y es que está en nuestra naturaleza el priorizar las amenazas ante los sucesos positivos y beneficiosos, se ha observado la conducta en bebés de 8 meses, y se evidencio que prestan atención con mayor urgencia a imágenes de serpientes que de otros animales como ranas.
Baumeister dice que puede ser una buena estrategia centrarse primero en los problemas.
También puede afectarnos negativamente
Este mismo concepto está presente en otras áreas como las emociones, donde una pequeña experiencia mala puede tener un gran impacto en el resto de nuestro día.
Lo que podría explicar porque los momentos vergonzosos o las duras críticas pueden estar presentes en nuestra mente durante muchos años, en especial si se trata de nuestro círculo cercano como amigos y familiares, causando resentimiento y muchas veces la ruptura de la relación.
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Estas son algunas formas en la que el sesgo de negatividad aplica en nuestra vida:
- Puede afectar en la primera impresión que tenemos de las personas, dando mayor importancia a aspectos que nos molesten ante las buenas cualidades.
- Mayor movimiento de la cognición y la atención, los eventos percibidos como negativos causan un mayor trabajo cerebral ya que se suele prestar mayor atención a lo malo que a lo bueno.
- El aprendizaje y la memoria son consecuencias de la atención, cuanto mayor sea la atención prestada a un evento, es más probable que sea aprendido y se mantenga en la memoria.
- Puede afectar la toma de decisiones, la aversión a la pérdida es otro sesgo relacionado a este, en el cual se prefiere evitar un escenario negativo en contraposición de poder obtener algo positivo.
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