Más o menos todo el mundo tiene claro que si se mueve poco en el trabajo, por ser una actividad de oficina o que implica pasar mucho tiempo inactivo, es beneficioso después realizar ejercicio.
Sin embargo, algunas personas con un trabajo activo, en el que tienen que caminar, moverse, subir y bajar escaleras y pasar relativamente poco sentado piensan que realizan ya bastante actividad como para luego tener que realizar ejercicio físico. Gran error. Explicamos por qué.
En líneas generales se recomiendan al menos 30 minutos de actividad física diaria para notar los beneficios saludables. Esta actividad física incluye todo, desde el ejercicio o entrenamiento realizado de forma específica hasta caminar para dar un paseo, subir y bajar las escaleras del trabajo, sacar al perro, etc.
Por lo tanto, un trabajo activo, en el que la persona tenga que hacer muchos movimientos sí que podría contar dentro de esta actividad mínima diaria recomendada y sería beneficioso en este sentido. Al menos es más saludable que un trabajo completamente sedentario.
Trabajo activo. No todo son ventajas.
Sin embargo en un trabajo la tendencia puede ser a hacer las cosas con una cierta presión, con estrés. La tensión física y emocional sin duda no son lo más saludable, y restan bastantes beneficios de la actividad física.
En un trabajo los gestos suelen ser repetitivo. Haces los mismos esfuerzos sin tener un control total sobre ellos. Es cierto, te mueves, y eso es mejor que estar clavado en la silla, pero son movimientos repetidos y que te fatigan.
Los movimientos suelen estar limitados dentro de una serie de acciones. A no ser que tu trabajo sea deportista, monitor de gimnasio o similar, no puedes planificar la actividad física, ni su duración, ni hacer variaciones. Un cartero, mensajero o repartidor tiene que desplazarse en un vehículo y hacer parte de sus entregas caminando. Un camarero tiene que caminar, mantenerse de pie, cargar peso con los brazos... Estos gestos, repetidos día tras día, pueden terminar generando daños por fatiga.
Ejercicio después del trabajo: Necesario y recomendable.
Por ello, aunque tengas un trabajo activo en el que te mueves mucho y del que sales cansado, debes encontrar fuerzas para realizar un ejercicio que te guste, y que puedas practicar de forma saludable. Que te ayude a ser una descarga de tensión física y menta.
Buscar un momento para recargar las pilas haciendo un ejercicio que se disfrute es esencial, y ayuda a afrontar con energía los retos del día a día, y también del trabajo.
No se trata de darse una paliza después de salir ya cansado del trabajo, no todo el mundo puede ni debe hacer eso. Se trata de hacer un ejercicio que se pueda planificar, que supere las limitaciones y rigidez de los movimientos que hacemos en el trabajo, sobre los que no tenemos todo el control, y que sirva para mejorar el bienestar físico y mental.
Así que a todos aquellos que creen que no es necesario hacer ejercicio porque ya se mueven en el trabajo, recordadles que no basta con moverse, sino que hay que buscar un ejercicio saludable, y que pueda ayudar a mejorar el bienestar físico y mental, sin necesitar invertir mucho tiempo o esfuerzo después del trabajo para conseguirlo.
Fuente: vitonica.com