Los sabores y sinsabores de la vida de quien logró galardonarse como Top Chef El Salvador 2016
Es posible que exista un lenguaje universal (diferente al amor) que nos une a todos, sin excepción: es la comida porque nos permite acercarnos a la identidad étnica, social y económica de una nación. Marlon Castro conoce muy bien esta filosofía que se ha convertido en su credo y le ha valido para hacer realidad sus más grandes sueños.
A sus 34 años, Marlon ha logrado no solo hacerse acreedor del título de Top Chef El Salvador en su segunda temporada y con ello llevarse el premio de los 25 mil dólares, sino más bien, acumula una riqueza aún mayor: el fiel ideal de querer transformarse en el viajero más experimentado que se haya visto a través de la gastronomía en El Salvador.
En algunas culturas se cree que los hombres emprenden su viaje a hacia la “iluminación” cuando encuentran el propósito de sus vidas; Marlon descubrió su propio camino a través del arte culinario. Pero para conocer cómo fue su primer acercamiento con la cocina, él nos detalló parte de su infancia.
Siendo el segundo de tres hijos, Marlon tuvo una vida tranquila al lado de sus padres, quienes siempre le educaron Su meta sigue en pie. Marlon quiere ir a París y formar parte del equipo de cocina de Alain Ducasse o de Thierry Marx, dos famosos chefs franceses, cuya cocina es reconocida a nivel mundial. para ser un hombre de bien, pero sobre todo con valor y decisión. Su madre se encargó de la crianza de sus hermanos y se convirtió en su inspiración más grande.
“Cuando era niño veía a mi madre cómo se sumergía en la cocina mientras preparaba los alimentos para mi papá y mis hermanos; ponía música e iniciaba una especie de danza mientras cocinaba, era como que despegaba y se la pasaba bien. Quizás nunca nos sirvió para que se lo agradeciéramos, ella lo hacía por el simple hecho de hacernos sentir bien, de que nosotros estuviéramos bien”.
Aquel primer descubrimiento en la cocina, sin saberlo con certeza, se convirtió años más tarde en la profesión que le valdría como pase seguro para continuar emprendiendo su viaje por el mundo. Su primer acercamiento “formal” con los fogones fue como lavaplatos en un restaurante de Santiago de Chile; según Marlon, dicha experiencia lo motivó a querer profesionalizarse.
Estudió gastronomía en Madrid y trabajó en cocina de barcos. En ese momento su lista de países visitados se agrandó y se embarcó por muchos lugares de Europa: Escocia, España, Italia, Grecia, Turquía, Croacia, Gibraltar y Malta.
Aunque el camino no fue fácil durante esos años de aprendizaje Marlon logró encontrar en la cocina lo que los artistas buscan al perfeccionar su arte: armonía y placer al expresar sus ideas, según Marlon, él disfruta creando platillos como lo haría un pintor con un lienzo.
“Mi materia prima son los vegetales, frutas, semillas, proteínas, etc., que están ahí de una forma pura y en el momento que los cocino es como que plasme un arte. Cada cocinero tiene su propia sazón, a mí me gusta mucho usar, de pronto, ingredientes como maíz y frijoles de Latinoamérica y combinarlos con ingredientes de Europa, darle un giro y ponerle algo exótico”.
Para un joven viajero que ha vivido motivado por su gusto por la música y el fútbol, descubrir una pasión en el arte culinario le fue aún más excitante por el hecho que despertó sus sentidos para transportarse a la infinidad de lugares que ha visitado. “ Me encanta viajar, soy curioso, me gusta preguntar, cuestiono qué tiene esto o aquello, cómo se come, la tradición de esa zona, el mundo es grandísimo y cada país tiene su sazón. La verdad que yo quisiera empaparme de todo el mundo, llevo 12 años en cocina y siento que me falta mucho más por aprender”.
Sin embargo, las noticias de que su madre había recaído de una enfermedad crónica pudo haber sido devastador, al grado que le impidiera al joven cocinero seguir luchando por sus sueños.
“Mi madre luchó contra el cáncer 7 años, al final perdió la batalla, pero luchó... Antes de fallecer me decía: “vos tenés que salir de este país, tenés que hacer lo que te gusta y aquí en el país, lastimosamente, no vas a poder, vos tenés que luchar por tus sueños”, eso me motivó aún más a alcanzar todo lo que me proponga”.
Con la determinación de querer alcanzar sus ideales y en memoria de su madre, Marlon utilizará el dinero ganado en el reality para viajar a Francia y aplicar para ser parte del equipo de cocina de Alain Ducasse o de Thierry Marx, dos famosos chefs franceses, cuya cocina es reconocida a nivel mundial. Ellos, al parecer de Marlon, son los máximos exponentes de la cocina francesa.