El fin de año y sus festividades, generalmente, incrementan el estrés, debido a que aumentan las tareas laborales y personales, y nos presionamos por cumplir objetivos y metas antes del 31 de diciembre. Balances, reuniones, planificaciones de todo tipo, locura por las compras navideñas, son situaciones que afectan nuestro estado de ánimo.
El estrés es definido por algunos especialistas como una reacción fisiológica, cognitiva y emocional adaptativa que tenemos todos los seres humanos frente a un cambio en el contexto que estamos viviendo. Es decir, todos necesitamos, de alguna forma, estresarnos o tener un poco de ansiedad para enfrentar retos, desafíos, metas u objetivos. El problema se genera cuando el estrés se hace crónico.
Generalmente, en el contexto social, académico y/o laboral, el fin de año representa el momento en que hay que finalizar todo lo que uno ha venido haciendo. Esto implica cerrar ciclos y cumplir metas. Entonces, el primer consejo es optar por lo más relevante.
Otro aspecto importante tiene que ver con que se intenta abarcarlo todo y de forma individual. No pedimos ayuda, porque existe algo que se llama orgullo y que evidencia vulnerabilidad. Queremos hacerlo todo y no podemos. Eso genera estrés, y cuando este se torna crónico, pasa a ser una psicopatología.
Aunque no existe psicopatológicamente el concepto de estrés de fin de año, podrían surgir otro tipo de psicopatologías, como trastornos de ansiedad generalizada, estrés crónico y depresión ante la imposibilidad de cumplir metas y fracasar. Aquí se conjugan dos cosas, la ansiedad y la depresión, conformando un síndrome depresivo angustioso.
¿Se puede prevenir?
- Si tenemos muchas metas para fin de año, lo ideal es priorizar, dosificar y optar por lo más importante.
- Delegar y apoyarse en otros.
- Realizar ejercicios de respiración, meditación y pausas laborales efectivas.
- Evitar el consumo de alcohol, tabaco y drogas.
- Mantener una dieta balanceada en base a vegetales y frutas.
- Realizar actividad física: está comprobado que el ejercicio libera hormonas como serotonina (mejora el ánimo), dopamina (sensación de placer), oxitocina (felicidad y amor) y endorfina (relajación).
- Higiene del sueño: dejar de lado, al menos 2 horas antes de dormir, todo tipo de pantallas (celular, computador o Tablet).
¿Cómo tratarlo?
Generar conciencia del estado en el que se encuentra la persona, es decir, que el paciente entienda que tiene un problema que precisa resolver.
Tener expectativas realistas sobre qué puedo tratar y qué metas y objetivos puedo lograr.
Entregar esperanza al paciente de que se pueden generar cambios, conseguir metas y objetivos.
Si bien nadie puede garantizar que una persona no tenga estrés o que éste desaparezca, lo relevante es que la persona que lo padece cuente con las herramientas suficientes para enfrentar correctamente esta reacción fisiológica cognitiva conductual adaptativa.
Saber que el estrés no siempre es tratado de la misma manera. “Existen tratamientos estándares validados para el manejo de los trastornos ansiosos y depresivos, que suelen estar relacionados al estrés. No obstante, siempre hay un espacio en que el terapeuta realiza cambios e intervenciones dirigidas a cada paciente en particular”, explica el psicólogo.
Finalmente, trazar metas o tareas sesión a sesión.
FUENTE: Banmedica.cl
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