El paludismo, o malaria, es una enfermedad potencialmente mortal, causada por el parásito unicelular denominado Plasmodiumque, se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos infectados.
Los síntomas del paludismo, incluyen fiebre y un estado general similar al de la gripe, incluyendo escalofríos, dolor de cabeza, dolores musculares y cansancio. También puede causar náuseas, vómitos, diarrea, anemia e ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos) debido a la pérdida de las células rojas de la sangre.
La OMS pide que se aumenten la inversión y la cobertura de los instrumentos de eficacia demostrada para prevenir, diagnosticar y tratar esta enfermedad.
En 2016 hubo más de 216 millones de casos en 91 países, 5 millones más que los 211 millones registrados en 2015. Es decir, hemos vuelto a los niveles de 2012.
El paludismo continúa causando un gran número de muertes, según las estimaciones de la OMS, en 2016 fallecieron en todo el mundo 445,000 personas. La población más vulnerable son los niños, la OMS estima que cada dos minutos muere un niño por paludismo en el mundo.
Es necesario intensificar la lucha en África. Es la región africana donde se registra el 90% de los casos de la enfermedad y el 91% de las defunciones por paludismo en todo el mundo. Es Nigeria el país con mayor afectación en todo el mundo, donde se localizan el 27% de los casos y 24% de las defunciones.
Para prevenir la enfermedad, la OMS recomienda:
- Recoger las basuras
- Evitar las aguas estancadas cerca de las casas
- Utilizar mosquiteros o repelentes de larga duración principalmente en los niños
- Fumigar los espacios interiores con insecticidas de acción residual
- Vacunarse contra la enfermedad