Para revista VIDASANA fomentar hábitos saludables– en todos sus aspectos – es y será siempre su objetivo principal, por ello a unos días de finalizar este 2018 e iniciar un nuevo año es nuestro deber recordarles sobre la importancia de desarrollar hábitos familiares que permitan unificar un ambiente pleno de actividades significativas, sencillas y que pueden continuarse de generación en generación.
En esta última edición del año te compartimos algunos de los hábitos familiares que fomentan el amor y la unidad, y que a pesar del paso del tiempo se mantienen en muchos hogares.
- Hábitos y valores que perduran. La manera ideal de promover mejores hábitos alimenticios y actividades sanas en los niños es involucrarse directamente en la educación de los hijos mejora la autoestima y la autoconfianza, además de desarrollar habilidades sociales, los niños tienen mayor éxito a nivel escolar, empatía por los demás y aprenden a obedecer las reglas y normas que se establecen, explica Jimena Ocampo Lozano, psicopedagoga de Universidad Complutense de Madrid.
Este enfoque puesto en la familia simplemente significa que todos, padres e hijos, trabajan juntos, en equipo, para lograr una vida sana. Como con cualquier equipo, existe un líder, o un entrenador, ¡y ése eres tú! Hay algunas actividades que de por sí incluyen a cada miembro de la familia, y como individuos deberíamos hacer que las mismas se conviertan en costumbres diarias para desarrollar buenos hábitos familiares.
- Inícielos desde pequeños. No esperes a que tu hijo esté excedido de peso para establecer buenos hábitos alimenticios y de ejercicio. Es mucho más fácil mantener un peso sano que tener que adelgazar en el futuro.
- Cocinen juntos. Es posible que no sea práctico hacerlo todos los días, pero invita a tus hijos a ser parte del proceso de preparación de la comida. Lo niños pequeños pueden aprender conceptos de matemáticas al medir ingredientes y comenzarán a entender las reacciones químicas que se producen al cocinar. También podrán entender qué es un ingrediente sano. Los niños mayores disfrutarán del permiso que tienen para seleccionar y preparar comidas que ellos prefieran y será más probable que coman lo que han cocinado. Esto hasta los puede inspirar para que tomen decisiones más sanas por su cuenta.
- Expresa tu afecto. El amor es lo principal dentro del seno familiar, y no debe confundirse con cumplir todos los caprichos. Amar es cuidar, proteger, corregir y orientar.
- Buena comunicación. El diálogo logra unir a los miembros de una familia, ya que genera confianza y fortalece los lazos. Es importante conocer las expectativas, alegrías, preocupaciones y metas. Motivar constantemente y expresarles que cuentan contigo en todo momento.
- Sé un ejemplo a seguir. Los niños aprenden observando y, por eso, los padres son el mejor ejemplo para fomentar los buenos hábitos. Enséñales valores, a cuidar su salud, a disfrutar la lectura, a ser amables y respetuosos.
- Planea actividades en familia. Aprovecha los fines de semana para hacer planes que estaquen la importancia de compartir y trabajar en equipo. Escoge actividades que les gusten a todos. Ir a la playa, cocinar un postre, una caminata en la montaña, pueden ser excelentes planes para compartir en familia.
APUESTAS QUE DEBEN SER IMPLEMENTADAS POR LAS FAMILIAS ACTUALES:
- Cultivar hábitos saludables, tener presente la importancia de una salud integral.
- Acompañar el crecimiento de los más pequeños y también las enfermedades de los abuelos.
- Mantener tradiciones que se han heredado de otras generaciones.
EL ARTE DE LA MESA
Cuando se habla de hábitos saludables vienen a nuestra mente los hábitos alimentarios, y es que estos son una rica herencia sociocultural que estamos obligados a transmitir de generación en generación y las familias, son el lugar idóneo para la adquisición de estos conocimientos. En la infancia se consolidan y nos acompañan casi toda la vida hasta el envejecimiento. El arte de la mesa constituye un vector de la convivencia y un momento importante de socialización e influye positivamente en las relaciones sociales y familiares.
No hay que olvidar que “la hora de desayunar-comer-cenar” debe ser lo más agradable y distendida posible. Las comidas familiares frecuentes se asocian a una mayor unión o cohesión familiar, una mayor interdependencia de todos sus miembros y un estado emocional de bienestar de éstos.
Además, cenar con la familia mejora el rendimiento escolar y psicológico. El momento de la comida, además, constituye una ocasión de comunicación familiar y social y sirve para transmitir tradiciones. Igual que ocurre en otros aspectos de la vida, la moda condiciona la alimentación en un momento determinado.