No es lo mismo tener un trabajo sedentario que uno en el que viajes constantemente. Tampoco que estudies y trabajes al mismo tiempo. Por eso, el Grupo NC Salud te da las claves para alimentarte según tu tipo de trabajo. Toma nota de los alimentos que no deberían faltar en tu dieta y aquellos que deberías reducir o evitar.

• TRABAJO ACTIVO

Si en tu trabajo realizas esfuerzo físico, deberás incluir en la dieta hidratos de carbono y, además, puedes permitirte tomar con más frecuencia los de asimilación media-alta como las papas y la pasta. Si, además, trabajas al aire libre, tendrás que ingerir suficiente líquido y alimentos que contribuyan al buen estado de la piel, ya que estarás expuesto a la radiación solar.

• TRABAJO ESTÁTICO

O lo que es lo mismo, te pasas 8 horas delante de la computadora. Atentos porque deben consumir alimentos con pocas calorías pero que sacien para no tener que recurrir a las “calorías vacías”, el café o las bebidas azucaradas. También vendría bien limitar el consumo de hidratos de carbono optando por arroz integral, pan integral o de semillas. La ingesta de media tarde y de la cena debería ser inferior que la del resto de comidas y también con alimentos menos calóricos.

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• VIAJAS CONSTANTEMENTE

Los viajes de trabajo acarrean muchas veces estreñimiento, comidas no muy sanas y falta de tiempo para hacer ejercicio. Por eso, deberías elegir siempre las opciones integrales y la fruta como tentempié, mejor si es con la piel para aprovechar toda la fibra. La papaya, la alcachofa, el espárrago y el calabacín son muy recomendables para regular el tránsito intestinal, también llevar siempre encima una botella de agua.

• TRABAJAS POR TURNOS

Seguro que muchas veces no sabes ni por dónde te da el aire con tanto cambio de horarios. En este caso, la comida previa al trabajo debería ser consistente pero sin pasarte. Las mejores opciones son: fruta, yogures desnatados nueces o un sándwich vegetal integral. Para favorecer el descanso y regular el sueño, los expertos recomiendan tomar alimentos ricos en triptófano como las legumbres, los frutos secos, el plátano, la avena, la leche o las almendras.

• TRABAJAS Y ESTUDIAS

Te estás enfrentando a un gran esfuerzo físico y mental que puede aumentar el estrés, afectar al sistema inmunológico, provocar cansancio, falta de energía, concentración y rendimiento. Para empezar, tendrás que velar por tu descanso y por una alimentación saludable. Los alimentos ricos en Omega 3 como el pescado azul y las semillas de lino cuidarán de tu sistema nervioso. Las vitaminas del grupo B, presentes en garbanzos, lentejas, habichuelas, frutos secos, lácteos, pescados, espinacas, cereales integrales, ternera, pollo, cerdo… te ayudarán a no estar tan cansado.

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Fuente: Cosmohispano