La pre- pubertad es una etapa confusa, basta que recordemos cómo la enfrentamos para estar de acuerdo con tal afirmación y es que todas las transiciones cuestan y esta es de las difíciles de asimilar pues no se es niño ni adolescente.
Esta etapa se presenta con una serie de cambios en el organismo que van de la mano con cambios psicológicos. A nivel físico, los cambios son evidentes, como el aumento de vello pubiano y axilar, crecimiento de los órganos sexuales, aparición de tejido mamario en la mujer, desarrollo muscular y estirón en el varón. Además, existe descoordinación motora, cambios en la voz y en la piel, y finalmente la producción de hormonas sexuales, que dan paso a la madurez sexual, posibilidad de eyaculación y la primera menstruación.
Los cambios físicos generan inhibición, restricción de la espontaneidad, en tanto que lo hormonal provoca aumento de impulsividad, fluctuaciones anímicas desde el aburrimiento y apatía, a la inquietud y estallidos emocionales. Se presenta mayor introversión, preocupación por aspecto físico, reducción del grupo de amigos y primeros enamoramientos.
Recomendaciones para los papás
- La psicóloga chilena, Claudia Badilla, brinda algunas recomendaciones para enfrentar este periodo de grandes cambios a nivel familiar:
- Empatizar con el niño, quien siente por un lado el impulso y atracción por experimentar, a la vez inseguridad ante lo desconocido y culpa al cuestionar el control de los padres.
- Estar disponibles en rol parental. Ser padres cercanos (no como amigos), comprensivos, comprometidos, asegurando aceptación y afecto incondicional.
- Corregir las conductas inadecuadas, sin juzgar al niño, sino a esa conducta en particular, validándolo a él como persona y la posibilidad de aprender de los errores.
- Flexibilizar para permitir el ejercicio de sus nuevas habilidades. -Dialogar acerca de los diferentes puntos de vista, exponer el propio con consistencia y sin invalidar ni burlarse de sus opiniones. De este modo, es probable que el niño considere el criterio de sus padres al definir el propio.
- De manera preventiva, apoyar desde temprana edad el desarrollo saludable de la personalidad
- Es importante discriminar cuando es un comportamiento propio de crisis normativa de la edad y cuando se escapa de ello. Si hay dudas, es mejor consultar con un especialista.