Un grupo internacional de investigadores ha corroborado, una vez más, que el consumo de alcohol aumenta el riesgo de padecer un cáncer de mama. Esto gracias a la colaboración altruista de 334.850 mujeres entre 35 y 70 años de diez países europeos,
Los resultados confirman las evidencias previas sobre la relación entre el alcohol y el tumor mamario. De todas las mujeres analizadas, 11.576 fueron diagnosticadas de un cáncer de mama a lo largo de los once años de seguimiento.
Según explica a Sinc María Dolores Chirlaque, una de las científicas españolas que forman parte del equipo EPIC, “el riesgo medio se multiplica por cuatro por cada aumento de 10 g/día de consumo de alcohol. Es decir, si bebiendo un vaso de vino o una cerveza al día el riesgo tiene un valor de 1, al pasar a dos vasos de vino o dos cervezas diarias, el riesgo se multiplica por 4”.
publicidadLas cifras crecen con cada aumento del consumo. “Tomando como referencia de 0 a 5 gramos al día, el incremento hasta los 15 g/día se relaciona con un riesgo un 5,9% mayor de cáncer de mama”, agrega esta profesora de la Universidad de Murcia.
Este peligro también está determinado por los años de exposición al consumo de alcohol, de manera que, a mayor periodo de consumo, mayor riesgo, sobre todo si se inició antes del primer embarazo.
“El consumo de alcohol es un factor de riesgo de cáncer de mama modificable, de forma que las mujeres deben ser prevenidas y aconsejadas sobre la posibilidad de controlar este factor”, afirma la investigadora.
Según concluyen los autores del trabajo, como estos efectos se observaron tanto en tumores con receptores hormonales positivos como negativos, “todo apunta a vías no hormonales que deben investigarse más a fondo”.
El Código Europeo contra el Cáncer establece doce consejos para reducir de forma individual el riesgo de cáncer. Uno de ellos es: “Si consumes alcohol de cualquier tipo, limita tu consumo. No beber alcohol es bueno para la prevención del cáncer”.
Según el texto, “hay una fuerte evidencia de que las personas pueden reducir su riesgo de padecer cáncer mediante la adopción de hábitos alimentarios y de actividad saludables. En Europa, las personas que siguen un estilo de vida saludable poseen un riesgo un 18% menor de cáncer que aquellas cuya forma de vida y peso corporal no se ajustan a las recomendaciones”.
Esta reducción del riesgo se estima para un estilo de vida saludable que incluye peso corporal normal (índice de masa corporal entre 18,5 y 24,9 kg/m2); actividad física moderada durante al menos 30 minutos al día; lactancia (para las mujeres); comida basada principalmente en alimentos de origen vegetal, y limitación en el consumo de bebidas alcohólicas. (Fuente: Noticias de la Ciencia y la Tecnología).