Los efectos de una alimentación saludable se ven reflejados en tu apariencia, tu salud y por supuesto cómo te sientes.
Pensar en llevar una dieta equilibrada y saludable no tiene que abrumarte, es una fórmula cero complicada: más vegetales, frutas y verduras, legumbres, semillas, granos; consumo de proteínas magras, pescado, pollo, lácteos bajos en grasas; y comer grasas buenas, como aceite de oliva aguacate y nueces.
Deja ir los alimentos procesados, azúcares agregados, sodio y grasas malas. En pocas palabras, come más de lo bueno y dile adiós a lo malo.
5 beneficios de comer sano:
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Pérdida de peso
La alimentación es parte fundamental en un plan de perdida de grasa y peso. Con una dieta saludable que se convierta en un estilo de vida y actividad física, los resultados serán permanentes.
Algunas dietas de moda no son saludables y no proveen todos los nutrientes que el cuerpo necesita. La mayoría de las personas pronto se cansan de seguirlas y vuelven a subir el peso que habían perdido.
Comer más frutas, verduras y productos lácteos bajos en grasa está relacionado con la pérdida de peso y con el mantenimiento del peso.
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Fortalece tu salud intestinal
La salud de su intestino se relacionada con muchos padecimientos, como la obesidad, la diabetes tipo 2 y la salud inmunológica. Según lo que comemos, podemos favorecer a las bacterias “buenas” o a las “malas” que provocan enfermedades.
Algunos alimentos que disminuyen la diversidad en su intestino incluyen bebidas endulzadas con azúcar, pan y bocadillos salados. Los alimentos que aumentan las bacterias beneficiosas en su intestino incluyen prebióticos y alimentos con fibra.
Lo primero que empezarás a notar es menos inflamación y estreñimiento.
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Mejora tu estado de ánimo
La alimentación también tiene efectos en tu estado de ánimo. Por ejemplo, los niveles bajos de ácidos grasos omega-3 , vitamina B12, folato (vitamina B9) y vitamina D se relacionan con niveles más altos de depresión. Además, hay alimentos que te producen felicidad de manera natural como el chocolate, chile, guineos y café.
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Mejora la salud de tu corazón
Una alimentación baja en sodio cuida tu corazón. El sodio provoca el aumento de la presión arterial y aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV), accidente cerebrovascular e infarto de miocardio.
Comer grasas buenas en lugar de grasas saturadas reduce el colesterol LDL “malo” y mejora la proporción entre el colesterol total y el colesterol HDL “bueno”, lo que reduce el riesgo de enfermedad cardíaca.
Evitar los carbohidratos refinados también beneficia tu corazón ya que estos afectan los niveles de insulina y azúcar en la sangre provocando aumento de peso y enfermedades.
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Tu piel luce mejor
La producción de colágeno disminuye a medida que envejecemos. El colágeno es una proteína que le da elasticidad a la piel y que es necesaria para la cicatrización de las heridas. Aumentar tu consumo de alimentos con vitamina C y las proteínas favorece la producción de esta proteína.
Además aumentar el consumo de frutas y verduras ricas en antioxidantes ayuda a proteger la piel contra la exposición a los rayos UV, a proteger las células contra el daño de los radicales libres prevenir el envejecimiento prematuro y disminuir la inflamación en el cuerpo.
Entre la variedad de frutas con gran capacidad antioxidante están las fresas y los arándanos por su contenido en antocianinas, polifenoles y vitamina C.
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