El insomnio es el trastorno de sueño que consiste en la incapacidad o dificultad para dormir, de manera que produce cansancio y afecta a la vida diaria de las personas que lo padecen.
Una oveja. Dos ovejas. Tres ovejas. Si con frecuencia te toma más de 20 minutos quedarte dormido, podrías padecer de insomnio.
Aproximadamente 30 a 35% de los adultos padecen de síntomas de insomnio: dificultad para dormir, dificultad para permanecer dormido o despertar demasiado temprano. Además, alrededor del 10 por ciento de los adultos tienen insomnio crónico, dificultades para dormir por lo menos tres veces a la semana durante al menos tres meses.
Causas del insomnio
Con frecuencia el insomnio se asocia con otras condiciones, como estrés, depresión, dolor, embarazo, menopausia o síndrome de piernas inquietas. Algunos medicamentos, incluyendo ciertos medicamentos para el asma, el resfriado y la alergia, así como medicamentos para el TDAH, la presión arterial alta o la enfermedad de Parkinson, también pueden provocar insomnio. Además, la sensibilidad a la cafeína, al tabaco, al alcohol y a ciertos alimentos puede afectar la capacidad de dormir bien.
Hacer algunos cambios en el estilo de vida puede ayudar a mejorar el sueño:
- Acuéstate y levántate a la misma hora todos los días, incluidos los fines de semana
- Establece un ritual a la hora de acostarte que te ayude a relajarte, como leer o tomar un baño caliente
- Evita los dispositivos electrónicos a la hora de acostarte, porque la luz de la pantalla puede ser perjudicial para el sueño
- Trata de hacer ejercicio de 20 a 30 minutos cada día, pero varias horas antes de acostarte
- No comas en abundancia antes de irte a la cama y evita la cafeína, el alcohol, el tabaco o los medicamentos que puedan interrumpir el sueño
- Asegúrate de que la temperatura sea cómoda y que el dormitorio esté oscuro y silencioso
- Evita tomar siestas al atardecer
- Levántate y haz algo tranquilo si no puedes dormirte, y vuelve a la cama cuando estés cansado de nuevo
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