En la infancia es cuando se aprende lo agradable de regalar y compartir con los demás, y resulta necesario que este buen hábito o, más bien valor, sea inculcado a tu hijo pequeño para moldear en él una forma de ser compasiva y noble que le permita abrir muchas puertas en el futuro.
Hoy es momento de enseñarle a tu hijo a dar, a ser generoso y altruista, reforzando positivamente posibles comportamientos que lo definirán como persona a lo largo de su vida. Sin embargo, sabemos que cuesta mucho hacer que los niños se adapten y comprendan la razón por la que deben dar aquello que es suyo a otros. Aquí algunas claves para lograrlo con éxito y evitar momentos incómodos en los que tu hijo tenga rabietas por no querer compartir.
¿Cómo lo logro?
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Haz que compartir sea divertido.
Enséñale juegos de equipo en los que varios jugadores trabajan juntos para alcanzar una meta común. Haz rompecabezas con él, tomando turnos para añadir piezas, por ejemplo. Comparte proyectos: planta en macetas, pinta cuadros o lava el auto con él. Y, por último, dale cosas para compartir con sus amigos de vez en cuando, como una merienda especial o calcomanías, pero debe saber él que se las estás dando estrictamente para que las disfruten entre todos.
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Evita castigar su resistencia a compartir.
Si le dices a tu hijo que es egoísta y lo disciplinas cuando no comparte o le obligas a compartir su juguete favorito, harás que tenga resentimiento y reforzarás su resistencia a compartir. Para fomentar la generosidad, utiliza el refuerzo positivo en lugar de un castigo y ten en cuenta que está bien que tu hijo no comparta determinadas cosas que podrían ser muy importantes para él. A medida que crezca, irá aprendiendo qué cosas o juguetes compartir con sus amigos, y qué otras no; ya que también es necesario ser empáticos y saber reconocer las causas por las cuales tu hijo no quiere dar ciertas objetos.
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Habla con él.
En algunos casos se tiene la idea de que los niños no comprenden, y los padres no se toman el tiempo de explicarles las situaciones a ellos de forma sencilla. Es muy indispensable hablar con tus hijos, ya que esta es la única forma para identificar qué está sucediendo con ellos. Por ejemplo, cuando los niños pelean por un juguete, ayúdalos a descubrir qué pasa en realidad y no solo te limites a regañarlos. Si un amigo no presta algo, explícale a tu hijo cómo se puede sentir su amiguito, por ejemplo: “por el momento tu amigo Pablo quiere conservar con él su juguete nuevo, ya que lo está cuidando con mucho cariño porque es un regalo de una persona muy especial”.
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Estimula su resolución de conflictos.
Anímalo a que tome turnos con el juguete de su preferencia (prueba usar un reloj con alarma para marcar el turno de cada niño, acompañado de una agenda donde puedan organizar tiempos y horarios). Explícale la diferencia entre compartir y regalar, dile que si comparte sus juguetes con sus amigos, será más probable que ellos compartan los suyos con él.
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Fomenta su asertividad y respeta sus cosas.
Antes de que sea hora de jugar, pregunta a tu hijo si hay algo que prefiere no compartir, y guarda esos juguetes especiales. Si tu hijo siente que sus juguetes no son bien tratados, es poco probable que los preste. Pídele permiso antes de tomar prestados sus juguetes especiales y dale la opción de decir "no".
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Sé congruente con tus actos.
Predicar con el ejemplo es la mejor manera de que tu hijo aprenda a ser generoso; que sea testigo de la generosidad de sus padres, ya que son su modelo a seguir y esta es la mejor forma de estimular su bondad.
¿Y si los conflictos son entre hermanos?
El primer paso es garantizar que todos tengan derechos sobre sus cosas. A veces les cuesta compartir porque no se sienten seguros de sus posesiones, ya que tienen que compartir desde la habitación hasta los mismos padres. Es recomendable tener en casa juguetes propios y juguetes comunes, los cuales se pueden compartir por turnos, asignando un color a cada niño. Esto les ayuda a sentirse cómodos con su sentido de propiedad y a poder compartir sin mayor dificultad.
Por Lic. Katherine González, psicóloga infantil de Clínica del Sol.