Según un reciente estudio, el aceite de oliva protege contra la inflamación, el estrés oxidativo y el riesgo cardiovascular provocados por el envejecimiento. Conoce más a fondo sus propiedades.
PROTEGE EL ESTÓMAGO
El aceite de oliva es un aliado del sistema digestivo: protege el estómago y evita el estreñimiento. En el tracto digestivo, el aceite de oliva es la grasa mejor tolerada, ya que no favorece el reflujo esofágico. Protege la mucosa del estómago al disminuir la secreción de jugo gástrico y favorecer la cicatrización, con lo que se reduce el tamaño de las úlceras.
LA MEJOR GRASA PARA EL CORAZÓN
Su poder antioxidante hace que este alimento, además de aportar sabor y tradición, sea uno de los mejores aliados de la salud cardiovascular.
Diferentes investigaciones han mostrado que una ingesta diaria mínima de una cucharada de aceite de oliva combate los procesos inflamatorios que puedan afectar a los vasos sanguíneos.
Al reducir estos procesos, el aceite de oliva virgen extra disminuye el riesgo de desarrollar enfermedades circulatorias como la arteriosclerosis.
Asimismo favorece el tránsito de los alimentos por el intestino y potencia las propiedades desintoxicantes del hígado, favoreciendo la producción y liberación de la bilis.
HUESOS Y PIEL SANOS
El aceite de oliva, aplicado sobre la piel, actúa como emoliente, gracias a sus ácidos grasos esenciales. De esta manera mejora su flexibilidad e hidratación. También protege de la radiación solar por su contenido en vitamina E.
Mejora asimismo la mineralización de los huesos, ya que la oleuropeína, además de prevenir el estrés oxidativo, previene la pérdida de masa ósea.