Las cactáceas componen la especie más conocida de las plantas suculentas que se caracterizan por sobrevivir en condiciones de extrema sequía, gracias a su capacidad de acumular agua en sus tallos, hojas o raíces.
Los cactus tienen como rasgo distintivo sus púas que los recubren. Son originarios de América y se han extendido por todo el mundo. Estas plantas son idóneas para el interior del hogar y los encuentras en variados tamaños, formas y colores.
Son amantes de la luz del sol y del calor, no requieren de muchas atenciones, aunque para mantenerlos en buenas condiciones durante mucho tiempo, debemos proporcionarles algunos cuidados básicos y prestar atención a las enfermedades y plagas.
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Aprende a cultivarlo
Los cactus se reproducen por semillas, las puedes adquirir o recoger tú mismo de los frutos.
El espacio donde lo sembraremos debe estar bien drenado y ser permeable para que no acumule exceso de humedad, ya que esto perjudicaría al cactus y probablemente, lo mataría.
La tierra donde los plantaremos dependerá de la variedad que cultivemos y de las condiciones climáticas. Puedes encontrar tierra preparada en cualquier vivero.
La plantación la realizaremos en pequeños recipientes. En el fondo colocaremos gravilla para un buen drenaje; luego un poco de tierra y, posteriormente, se esparcen las semillas con un poco de agua.
Para una buena germinación, es necesario proveer humedad; es adecuado cubrir el recipiente con un plástico transparente. Cuando haya brotado, lo trasladaremos a un recipiente mayor, con cuidado de no dañar las raíces.
Los cactus también se reproducen por esquejes. Para ello cortaremos una ramificación y la dejaremos que cicatrice y luego la podrás sembrar.
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Riego y abono
Es preferible aportar una buena cantidad de agua de vez en cuando que muy poco a diario. Por eso regaremos solo cuando el terreno se haya secado por completo. Procuraremos evitar mojar la plantita.
Cuidado con su salud
Los cactus no están libres de padecer enfermedades y plagas. La mejor forma de combatirlas es la prevención. Por ello, debemos fumigarlos un par de veces al año. Además es adecuado añadir abono para garantizar el buen desarrollo de cada especie.