
La salud de tus piernas habla de tu calidad de vida, pero no siempre somos conscientes de lo que nos están avisando.
La insuficiencia venosa crónica (IVC) es una condición frecuente que puede pasar desapercibida hasta que aparecen molestias difíciles de ignorar. La IVC es una condición que afecta a millones de personas, incluyendo a muchos en El Salvador, y aunque no suele ser mortal, tiene un gran impacto en la calidad de vida. ¿Por qué ocurre? ¿Realmente es un problema serio? ¿Qué puedes hacer para evitar sus complicaciones? En esta nota descubrirás todo lo que necesitas saber, desde las causas y los mitos hasta los tratamientos efectivos.
¿Qué es la insuficiencia venosa crónica y por qué debe importarte?
La insuficiencia venosa crónica ocurre cuando las venas de las piernas no pueden devolver la sangre adecuadamente hacia el corazón. Esto se debe a que las válvulas internas de las venas, que actúan como compuertas, no funcionan bien, permitiendo que la sangre se acumule y cause hinchazón, dolor, y en casos avanzados, úlceras. Es una condición progresiva que, aunque no suele poner en riesgo la vida, sí puede limitar tus actividades diarias y bienestar general.
¿Es una enfermedad grave?
La insuficiencia venosa crónica, aunque rara vez pone en peligro la vida, sí puede disminuir significativamente la calidad de vida de quienes la padecen. Cuando no se trata adecuadamente, puede evolucionar hacia complicaciones como úlceras venosas, infecciones y dolor crónico. En este sentido, es una enfermedad progresiva, y su gravedad dependerá de la atención médica recibida.
Las principales causas de insuficiencia venosa crónica incluyen:
- Debilidad o daño de las válvulas venosas, que normalmente evitan que la sangre retroceda.
- Factores hereditarios.
- Sedentarismo o estar mucho tiempo de pie o sentado.
- Embarazo, por el aumento de presión en las venas de las piernas.
En países como El Salvador —donde el calor, los estilos de vida sedentarios y algunos trabajos favorecen su aparición— la IVC afecta a una parte considerable de la población adulta.
Respecto a las etapas de la insuficiencia venosa crónica, se clasifica en función de la evolución clínica y la gravedad de los signos y síntomas, generalmente en seis etapas:

Esta clasificación ayuda a médicos y pacientes a identificar el grado de insuficiencia venosa y a elegir el tratamiento adecuado
Entender estos signos y etapas es crucial para buscar ayuda médica a tiempo y evitar que la insuficiencia venosa crónica avance hacia complicaciones más graves como úlceras profundas o infecciones, que pueden limitar significativamente la calidad de vida.
Mitos comunes
- Solo las mujeres la padecen: Falso. Aunque es más frecuente en mujeres, también afecta a los hombres.
- Es solo un problema estético: Falso. Va mucho más allá de las várices y puede generar complicaciones serias.
- No tiene tratamiento: Falso. Existen métodos efectivos para su control y mejora.
- Solo los adultos mayores la sufren: Falso. Puede presentarse en personas jóvenes, especialmente si tienen factores de riesgo.
Tratamiento
El tratamiento de la IVC es integral y combina varias estrategias, entre ellas:
- Cambios en el estilo de vida: Mantenerse activo, evitar estar mucho tiempo de pie o sentado, controlar el peso, elevar las piernas y usar calzado adecuado.
- Medias de compresión: Ayudan a mejorar el retorno venoso y disminuir los síntomas.
- Medicamentos flebotónicos: Mejoran la tonicidad venosa y reducen la inflamación.
- Procedimientos médicos: En casos más avanzados, se recomienda la escleroterapia, láser o cirugía para las venas afectadas.
- Educación al paciente: Conocer la enfermedad favorece un mejor manejo y previene complicaciones.
La insuficiencia venosa crónica es más que un problema estético: requiere atención y cambios en los hábitos para evitar que progrese y afecte el bienestar diario de quienes la padecen, incluyendo a la población salvadoreña.
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