Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) se refiere a los probióticos como algo positivo para la salud “cuando se administran en cantidades adecuadas”, también es cierto que, alrededor del tema, existen una gran cantidad de dudas.
1. Una persona sin síntomas no necesita probióticos
En la actualidad, hay muchos alimentos ultraprocesados con aditivos y una diversidad de sustancias. Además, tenemos dietas altas en harinas y azúcares simples, así como también consumimos antibióticos y otros medicamentos. Esto, sin dejar de mencionar la posible presencia de elementos contaminantes en el agua potable.
2. Los probióticos son medicamentos
En el sentido estricto del término, no se consideran medicamentos, sino suplementos dietéticos cuando los encontramos en el mercado en forma de cápsulas, polvos o gotas. También hay alimentos naturales que contienen probióticos.
3. Todo alimento que contiene bacterias es probiótico
No es así siempre. En un alimento contaminado puede haber microorganismos que, en realidad, resulten perjudiciales.
4. Los alimentos fermentados son probióticos
Algunos alimentos fermentados son probióticos y otros no. Los que son sometidos a procesos de pasteurización, cocción, destilación, entre otros; pueden terminar sin bacterias vivas. Eso no significa que dejen de ser nutritivos.
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