La represión sexual es el concepto con el cual se conoce a las características psicológicas y físicas que hacen que las personas repriman su deseo sexual. Es decir, no significa que no lo sientan, sino que, por causas de distinta índole, prefieren reprimirlo y no ejercerlo.
Este trastorno no solo impide que las personas puedan ejercer su sexualidad con salud, sino que también las limita al momento de expresarla. Importante: no toda forma de represión de la sexualidad es represión sexual en el sentido del trastorno del cual hablamos aquí, sino que también existen factores culturales, religiosos, sociales o personales por los cuales una persona puede decidir con plena voluntad el no llevar a cabo su sexualidad de cierta manera convencial. Por ejemplo, las personas asexuales, quienes prefieren conectar con sus vínculos mediante otras formas que no incluyen el sexo ni el contacto íntimo, en cuyo caso no tiene nada de malo optar por lo que cada quien prefiere para sí mismo.
¿Entonces cuándo es que la represión sexual puede significar un problema para la salud psicológica y física de una persona? Cuando esta provoca que alguien sienta culpa o vergüenza asociada a los impulsos sexuales. Además, cuando hablamos de represión sexual, es probable que también veamos dificultades para relacionarse con parejas y en sociedad como consecuencia de esta represión. Sin embargo, queremos ayudarte mejor a que conozcas algunas características de la represión sexual y así puedas distinguirlas de otras preferencias sexuales o formas de identidad en las cuales el sexo no es una prioridad.
El sexo significa ansiedad
Para una persona que siente represión sexual, pensar en sexo puede ser una fuente de ansiedad, inseguridad o incomodidad. ¿Qué es lo primero en lo que tú piensas cuando escuchas “sexo”? ¿Sientes que algo anda mal cuando estás teniendo relaciones? Esto puede decirte mucho sobre qué tan saludable o libre es tu relación con la intimidad sexual.
Poco interés en el sexo
Si sientes que casi nunca piensas en sexo o el sexo con tu pareja no es algo que te interese particularmente, puede haber un par de razones. Una es que seas una persona asexual y, como dijimos hace un momento, esto es saludable y normal dentro del espectro de las orientaciones sexuales. Sin embargo, la diferencia es que, si antes sí pensabas en sexo y te parecía algo importante, pero ahora ya no es así, entonces quizá estás suprimiendo parte de tu deseo y esto te provoca represión sexual.
Sientes culpa o vergüenza
¿Cuándo piensas en sexo o tienes alguna conducta sexual luego sientes culpa o vergüenza? De ser así, quizá estás dentro de la represión sexual. Esto puede suceder por una educación muy religiosa, por ejemplo, en la que la idea del sexo y la libertad se ven como algo de lo que hay que avergonzarse, y a veces con el paso de los años es difícil deconstruir esta idea, causando represiones.
No disfrutas el sexo
Si estás reprimido sexualmente, es probable que incluso cuando hayas decidido tener sexo, este no te provoque placer, sino al contrario, incluso pueda generarte malestar. Por ejemplo, puede suceder que tengas dificultades para mantener una erección o que te resulte muy difícil llegar al orgasmo. Si esto sucede con frecuencia, tu deseo por tener sexo será cada vez menor, pues no verás cuál es el punto interesante de ello.
Dolor físico
Si sientes dolor en el abdomen o en tus genitales, puede ser también por represión sexual. Sin embargo, es sumamente importante que, para descartar alguna enfermedad o lesión, primero acudas con un doctor para entender qué puede estar detrás de estos dolores, y si la causa no es física, entonces puede ser psicológica.
Sueños eróticos
Si tienes represión sexual, podrás notar que en el mundo consciente casi nunca piensas en sexo ni sientes deseo, pero que, en tus sueños, cuando estás más en contacto con el inconsciente, el sexo es un tema frecuente. En estos casos es recomendable trabajar en la interpretación de estos sueños con algún profesional de la salud mental.
Muchas veces la represión sexual sucede como consecuencia de algún trauma que no ha sido superado, también puede ser consecuencia de alguna dificultad en ejercer la orientación sexual que tenemos en determinado momento o por motivos relacionados a la educación que recibimos al crecer. La buena noticia es que sí se puede trabajar con las causas y formas de solucionar la represión sexual mediante terapia psicológica.
FUENTE: RevistaGQ
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