El hígado ya sea de res, de puerco o de pollo es un alimento muy nutritivo que no solo es una gran fuente de proteínas, sino también es rico en vitaminas y minerales, como el hierro, pudiendo ser beneficioso para tratar algunas enfermedades, como la anemia, por ejemplo.
No obstante, este alimento debe ser consumido moderadamente, pues, así como es nutritivo en exceso podría causar algunos problemas de salud para personas con ciertas condiciones, ya que es rico en colesterol y contiene metales pesados que pueden acumularse en el organismo a largo plazo.
Por este motivo, siempre que se tenga alguna condición de salud, lo ideal es acudir a un nutricionista para evaluar en qué porción y con qué frecuencia puede incluir el hígado en su dieta, evitando así complicaciones.
Sus principales beneficios
El hígado es un alimento muy nutritivo que aporta la cantidad de vitaminas y minerales necesarias que el organismo necesita a diario, reduciendo el riesgo de sufrir deficiencia de alguno de estos nutrientes. Es rico principalmente en ácido fólico, hierro, vitaminas del complejo B y vitamina A.
Además de esto, aporta proteína de alta calidad, es decir, contiene todos los aminoácidos esenciales que el organismo no produce por si propio y son necesarios para su buen funcionamiento, debido a que participan en el crecimiento, la reparación y mantenimiento de los músculos, órganos y tejidos.
También reduce el riesgo de anemia, pues no solo es rico en hierro sino también vitamina B12 y ácido fólico, nutrientes esenciales para la formación y la salud de los glóbulos rojos. Vea otros alimentos ricos en hierro.
El consumo de hígado debe ser moderado debido a:
Es rico en colesterol, por lo que su consumo en exceso puede favorecer el aumento de colesterol en el organismo y a largo plazo causar enfermedades cardíacas, por lo que puede no ser la mejor opción para personas que sufran de hipercolesterolemia o problemas del corazón.
Contiene metales pesados, como el cadmio, cobre, plomo y mercurio. En el caso del cadmio, es un mineral que se acumula en el cuerpo humano durante toda la vida, pudiendo causar alteraciones en la función renal, en el metabolismo del calcio y en la transformación de la vitamina B12, lo que podría provocar anemia e hipertensión.
Es rico en purinas, una sustancia que aumenta el ácido úrico en el organismo, debiendo ser evitado por personas con hiperuricemia y que sufran de gota, ya que puede empeorar sus síntomas. Vea más sobre la dieta para el ácido úrico.
Además de esto, el hígado a pesar de ser rico en hierro y ácido fólico, nutrientes esenciales durante el embarazo, debe ser consumido en muy pequeñas cantidades y bajo la orientación de un nutricionista, debido a que contiene elevadas cantidades de vitamina A, que en exceso puede ser perjudicial para el feto, principalmente durante el primer trimestre del embarazo.
FUENTE: Tuasaude.com
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