El término remite a la industria de la moda de bajo costo, que cuenta con un poderoso mercado a nivel mundial, a través de diversas marcas y millones de consumidores que utilizan y desechan prendas, afectando el medio ambiente, su bolsillo y el control de sus emociones.
El fenómeno fast fashion ha generado varios inconvenientes, uno de ellos es la contaminación de mantos acuíferos en procesos de manufactura, así como contaminación general debido a millones de piezas de ropa que son desechadas solo después de un uso breve.
Las personas adquieren continuamente ropa y accesorios que pronto terminarán en el cesto de la basura para volver a adquirir nuevos productos, lo que hoy en día ha puesto los ojos del mundo en compañías multinacionales que generan millones de prendas y estrategias de moda desechable a bajo costo.
El problema ecológico es una preocupación superlativa para los activistas del medio ambiente, pero afecta a toda la humanidad como una crisis global, sin embargo, también ha potenciado trastornos en miles de consumidores, como el de las compras compulsivas.
Un problema emocional y económico
El hábito de las compras rápidas puede salirse de control o responder a una serie de trastornos relacionados con dificultades en los estados de ánimo, problemas de ansiedad y del control de impulsos, según explica la psicóloga Andrea Guzmán.
“Se convierte en un problema mayor cuando empieza a tener un deterioro, principalmente en tus finanzas, cuando ya no puedes costearte lo que probablemente has comprado con una tarjeta de crédito. No importa si es una moda de bajo costo o algo caro”, apunta la terapeuta. “También es un problema cuando pasas a comprar a escondidas de alguien o engañándote a ti mismo, cubriendo tus problemas a través de las compras”, agrega.
Las personas con hábitos de compras compulsivas podrían estar enfrentando vacíos que podrían incluir trastornos de la alimentación, problemas de relaciones interpersonales o de pareja.
“Deben buscar ayuda profesional para poder indagar sus problemas y empezar a trabajar en ello”, afirma Guzmán, y destaca la importancia de que una persona cercana también ayude a controlar las finanzas del paciente, incluyendo su uso a tarjetas de crédito, criptomonedas, transferencias o dinero en efectivo.
Además, la profesional subraya que un problema de compras compulsivas no solo puede asociarse con la moda, sino con cualquier tipo de compras, sin embargo “el fast fashion lo facilita cuando la persona comienza la conducta compulsiva, tal y como una persona alcohólica o adicta a las drogas comienza a perder todos sus recursos económicos, vendiendo artículos de casa, robando a familiares o prestando a amigos sin pagarles, para poder satisfacer su necesidad”.
Fuente: Licda. Andrea Guzmán. Psicóloga Clínica.
E-mail: @andreaguzmanpsicologa
Tel: 7236-7424.
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