Familia & hogar

Aprende a controlar la ira

sábado 3, diciembre 2022 - 1:00 am

La irascibilidad puede ser también un síntoma propio de estados de ansiedad, agotamiento, depresión, trastornos de la conducta o incluso de fases avanzadas de demencia.

Debes ser consciente de las causas de las reacciones de ira y aprender a gestionar este tipo de emoción es algo importante, ya que permite evitar los estallidos poco o nada justificados que pueden llegar a ser del todo irracionales.

De lo contrario, la ira puede llevar a un estado de agresividad que puede ser peligroso para uno mismo y para los demás.

publicidad

Ira acumulada: callarse y tragarse las emociones ante situaciones de injusticia o de agresiones emocionales externas lleva, antes o después, a un estallido de gran violencia verbal o física.

Nada es cuestión de perder o ganar: en numerosas ocasiones la ira es una reacción a la frustración por no haber conseguido los objetivos que uno se plantea o que los acontecimientos no se desarrollen como uno quiere. La empatía es un arma idónea para evitar plantear las relaciones humanas como una cuestión de ganar o perder. De hecho, la baja tolerancia a la frustración es generalmente la antesala de un episodio de ira.

Pensar en las causas y consecuencias de un episodio de ira: es importante analizar si esta reacción emocional se ha producido realmente por causas justificadas. En muchas ocasiones no es así, como sucede. Meditar sobre el hecho de porqué se ha reaccionado de esta manera ayudará en el futuro a controlar estos estallidos.

El descanso es importante: el agotamiento, físico o mental, favorece las reacciones airadas y los impulsos de irascibilidad. Es necesario asegurarse el descanso necesario, tanto en lo que respecta a las horas que se duerme como a la calidad del sueño. También hay que saber parar en momentos determinados del día. Es estrés es un facilitador de la ira. Las pausas en el trabajo para el café o la comida cumplen con esta finalidad.

Aprender a relajarse: la relajación es una de las mejores formas de prevenir los estallidos de ira y hay diferentes modos de hacerlo. Uno de ellos es la práctica habitual de ejercicio físico, especialmente cuando este es intenso y se realiza en compañía: ayuda a desterrar de la mente los temas que causan la irritabilidad y después a verlos con otra perspectiva. El yoga, el Tai-Chi o un simple baño de agua caliente son otros modos de lograr un estado de relajación.

Evitar situaciones y personas que se sabe pueden resultar irritantes: la mayoría de las personas son conscientes de que hay situaciones, otras personas o una combinación de ambas cosas que les resultan irritantes. Si es así, lo mejor es evitarlas o retirarse a tiempo antes de llegar al enfrentamiento y un arranque de ira.

La ayuda del psicólogo: si, a pesar de todo, las reacciones emocionales de ira siguen dándose de manera frecuente, es aconsejable buscar la ayuda de un psicólogo, antes de que las personas del entorno habitual empiecen a alejarse de uno. La terapia puede ayudar a cambiar actitudes que contribuyen a exagerar o magnificar hasta el dramatismo episodios que carecen de importancia real y a llevar a cabo una reestructuración cognitiva que permita gestionar adecuadamente la ira.

 

via GIPHY

Te puede interesar: Sueño y cansancio durante el embarazo

 

FUENTE: Sanitas.es



RECOMENDACIÓN DE LA REDACCIÓN





Opina y Comenta

VIDASANA abre este espacio de opiniones para que se pueda debatir, construir ideas y fomentar la reflexión. Por eso, pedimos que se evite hacer uso de ataques ofensivos, que incluyan malas palabras, de lo contrario nos reservamos el derecho de publicación.

Recuerde que este es un medio que está para generar opinión constructiva.

Los comentarios están cerrados.