La pérdida de peso mediante la dieta puede provocar excesiva disminución de la masa muscular y sarcopenia.
Las estrategias para perder peso (que absolutamente siempre deben formar parte de una terapia para afecciones como la obesidad y estar prescritas y vigiladas por un médico, y nunca deben llevarse a cabo por motivos estéticos) siempre deben tener en cuenta otros aspectos de nuestro cuerpo para evitar dañar nuestro estado de salud.
Así, la pérdida debe concentrarse principalmente en la grasa acumulada en el cuerpo, ya que perder excesiva masa muscular puede ser tremendamente pernicioso, llegando a causar condiciones como sarcopenia (pérdida de fuerza y funcionamiento muscular).
También es importante la calidad del músculo
Con todo, como señala un artículo publicado en la revista científica Advances in Nutrition, la masa muscular no es el único indicativo de la salud muscular. De hecho, las personas obesas tienden a tener mayor masa muscular que las que no lo están.
Esto, como es lógico, no significa que tengan una mejor salud, ni siquiera a nivel muscular. Existen otros elementos indicativos de lo que podríamos llamar la 'calidad del músculo' y que tienen que ver principalmente con su desempeño (es decir, con su fuerza) en relación con su masa.
En función de ello, señalan los autores, es necesario orientar las estrategias no sólo a la pérdida global de peso, sino también a la preservación de la masa muscular dentro de unos parámetros y a mantener (o mejorar) su desempeño, aumentando su fuerza. Para lograr este objetivo, afirman, es vital tener en cuenta tanto la dieta como el ejercicio físico que se realiza.
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Mantener los músculos sanos
Según este estudio, los problemas musculares en el marco de las terapias de pérdida de peso suelen tener más que ver con una falta de medidas para mantener la salud muscular más que con las propias medidas para paliar la obesidad.
De hecho, la literatura sobre esta cuestión, tal y como recogen los investigadores está mayoritariamente de acuerdo en que la pérdida de peso inducida por la dieta, aunque suele conllevar también una reducción de la masa muscular, en principio no afecta negativamente por sí misma a la fuerza.
Por el contrario, el principal motivo detrás de la pérdida de fuerza en los músculos es la falta de ejercicios físicos adecuados (y esto, en combinación con la pérdida de masa muscular a causa de la dieta, sería el desencadenante de la sarcopenia). Concretamente, es preciso realizar ejercicios aeróbicos (que aumentan la masa muscular) y de fuerza (que aumentan la masa y la fuerza del músculo) en paralelo a la dieta para perder peso.