El control de la diabetes es fundamental para reducir el riesgo de complicaciones asociadas a esta enfermedad, en especial cuando se asocia a la obesidad.
Alrededor del 90 por ciento de las personas con diabetes tipo 2 tienen sobrepeso u obesidad, como explican especialistas. Por lo tanto, el tratamiento de esta enfermedad es fundamental, el cual debe ser multidisciplinario e incluir, tanto el aspecto farmacológico, como cambios en el estilo de vida:
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Medir constantemente los niveles de glucosa.
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Comer saludablemente.
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Seguir el tratamiento médico.
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Aprender a enfrentar los cambios cotidianos (buscar estrategias para el manejo del estrés).
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Reducción de riesgos (evitar cambiar la dosis de medicamentos, comer de más o no comer, no llevar un control).
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Mantenerse activo (realizar actividad física bajo la vigilancia y aprobación médica).
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Tomar una actitud positiva.
El último punto tiene relación con la importancia de atender la salud mental en una enfermedad crónica como la diabetes, para poder llevar un mejor apego del tratamiento y, de esta forma, reducir el riesgo de complicaciones clínicas.
Finalmente, recordemos que parte fundamental del abordaje de una enfermedad, es la prevención. Por lo tanto, no sólo es importante conocer los factores de riesgo no modificables y modificables.
Entre estos, destacan la edad, los antecedentes familiares, el historial de diabetes gestacional, tener síndrome de ovario poliquístico, un índice de masa corporal igual o mayor de 25, el sedentarismo, intolerancia a la glucosa, hipertensión arterial, dislipidemia, entre otros.
Además de identificarlos y realizarnos las pruebas pertinentes ante un riesgo elevado, es importante modificar nuestros hábitos. Por ello, es importante que el paciente diabético procure no solo guardar la dieta sino también practicar ejercicio o deporte, ya que esta actividad física será beneficioso para evitar padecimientos crónicos o agudos más adelante.