Dormir profundamente, probablemente lo que todos deseamos. Hay personas que tienen mucha facilidad para ello, y otras que no (también depende mucho de la época que estemos viviendo); esto es un problema, porque las consecuencias de no descansar lo suficiente desgastan mucho tanto la salud como las habilidades psicológicas que usamos día a día.

La higiene del sueño es un concepto que engloba todas aquellas medidas encaminadas a hacer que conciliemos más fácilmente el sueño y que durmamos mejor durante la noche (más profundamente y de forma reparadora).

Así pues, ¿cómo dormir profundamente? Aquí encontrarás varias pautas de higiene del sueño muy útiles. Como verás, están enfocadas sobre todo a conciliar mejor el sueño de forma natural, lo que se relaciona con un descanso más profundo y reparador.

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No tomes líquidos dos horas antes de acostarte

Muchas personas que presentan insomnio, o que no descansan bien, tienden a levantarse en repetidas ocasiones durante la noche; ya sea porque están desvelados y no quieren estar en la cama, o porque (y esta razón es mucho más frecuente) tienen que ir al baño.

Es por ello, que la segunda idea clave sobre cómo dormir profundamente que te proponemos es evitar el consumo de líquidos, como mínimo, dos horas antes de ir a la cama. Esto te ayudará a no tener tantas ganas de ir al baño, y evitará que te despejes por la noche.

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Evita cenas copiosas

Otra idea clave sobre cómo dormir profundamente tiene relación directa con la alimentación, especialmente con la cena.

Si cenamos comidas muy pesadas (copiosas) y altas en calorías y grasas, es probable que nuestro sistema digestivo tenga más dificultades para digerir toda esta comida, lo que a su vez puede hacer que sientas molestias durante la noche y que te despejes.

En este sentido, te proponemos que optes por cenas ligeras (por ejemplo, una ensalada con pescado a la plancha), que facilitarán tu digestión y que pueden ayudarte a dormir mejor.

Evita el consumo de alcohol

Otro consejo sobre cómo dormir profundamente es dejar de consumir alcohol (o reducir su consumo al máximo), ya que esta sustancia también está muy relacionada con la aparición de alteraciones durante el sueño (dificultades para dormirse, sueño fragmentado y no reparador, etc.).

Al final, pensemos que todo lo que le damos a nuestro cuerpo, que es “artificial”, alterará nuestro funcionamiento natural, lo que incide directamente en nuestra calidad del sueño.

Relájate antes de ir a dormir (técnicas)

Si tu cuerpo está relajado justo antes de irse a dormir, es más probable que la latencia del sueño (el tiempo que tardas en dormirte) disminuya, y además, que tu sueño sea más profundo y reparador.

Lógicamente, puedes dormirte relajado y despertarte durante la noche, o hacerlo y no dormir bien (hay personas y circunstancias de todo tipo), pero potenciar una relajación cuando te introduces en la cama, junto a otros factores, puede realmente ayudarte a dormir mejor. En este sentido, hay varias técnicas que pueden ayudarte a relajarte:

  • Tomarte un baño caliente antes de ir a la cama (relajará tus músculos en caso de que estén adoloridos).
  • Ponerte música relajante.
  • Practicar yoga suave.
  • Practicar la respiración diafragmática o abdominal.

Usa la cama sólo para dormir

Esta estrategia, que también forma parte de las medidas básicas de higiene del sueño, consiste en potenciar que nuestro cerebro use únicamente la cama para dormir, a través de utilizarla sólo para este uso (es decir, evitar comer en ella, ver películas en ellas, trabajar, hacer deberes, etc.).

Esta idea clave sobre cómo dormir profundamente, te ayudará precisamente a esto, a dormir mejor, ya que tu cerebro asociará de forma más rápida la cama con el sueño y con un estado de relajación. Se trata de un mecanismo basado en el condicionamiento clásico (asociación de estímulos ambientales y respuestas fisiológicas).

Mantén tu habitación ventilada y con temperatura adecuada

Es una realidad, el hecho de que el calor puede inhibir el sueño. Es por ello que es recomendable que mantengas siempre la habitación ventilada, fresca y con una temperatura adecuada. Debes sentirte a gusto y tranquilo en ella, para que tu cuerpo se relaje y asocie estas condiciones ambientales al sueño. Así, todo esto configura otra medida que puede facilitarte un buen descanso.

Aquí también puedes aplicar, de forma complementaria, técnicas de respiración y visualización de imágenes agradables, para que te ayuden a conectar el foco en otra cosa y a relajarte.