Los perros brindan compañía, alegría y consuelo, por lo que se ganan un merecido lugar en la vida, corazón y hasta en la cama de sus amos.
Alrededor del 50 % de los dueños de mascotas en Estados Unidos comparten su cama con sus mascotas, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC).
Esta complicidad es beneficiosa pues favorecen la salud emocional y mental de las personas, ayudan a reducir la presión arterial, incrementan la actividad física, reducen el estrés, alivian la depresión, son excelente compañía y mejoran el estado de ánimo. Pero es importante entender que humanizar esta relación al punto de dormir con ellas a veces implica un riesgo a la salud.
Lee también: Puedes ganar la batalla contra la depresión con ayuda de tu mascota
Hay casos en los que la persona puede presentar signos de enfermedad como pérdida de cabello, erupciones cutáneas, estornudos, asma y tos debido al peludito.
Y es que por más higiénico que sea tu espacio y tu mascota, este podría ser transmisor de parásitos, bacterias y virus, recuerda que si sale a pasear no controlamos a lo que se exponen fuera de casa.
Además, pueden jugar o comer sus propias heces o las de otro canino, según el portal Thelist.com. De ahí es posible que algo de eso se adhiera en sus patas o en el pelaje… Llegada la hora de dormir, ¿sabes en dónde se quedan esos restos? Efectivamente, pegados en tus sábanas.
Además, los ciclos de sueño de los animales son distintos a los de las personas, en ocasiones podrías no conciliar el sueño por cuidar del perro, sus movimientos y ronquidos.
Si a ti te gusta dormir con tu peludito, sigue estas normas:
- La higiene es fundamental para que esta estrecha convivencia con tu mascota resulte lo más segura posible.
- Asegúrate de que tu perro tenga las vacunas correspondientes y sean desparasitados.
- En el caso del perro habitúalo al baño regular así como la revisión del pelaje para detectar pulgas, garrapatas y gusanos. También es necesario que hagas examinar a tu mascota regularmente por un veterinario.
- De ser posible, permite que duerma en el cuarto mas no en tu cama, puedes acondicionarle un lugar cómodo para y seguro para ti.