¿Te sientes bajo de ánimo, con poca vitalidad y le ves el lado negativo a las cosas sin razón aparente?
La salud del cerebro depende de tu dieta
El cerebro representa sólo el 2% de nuestro peso: sin embargo, necesita alrededor del 20% de la energía que ingerimos. Si nosotros “somos lo que comemos”, entonces nuestro cerebro también dependerá de lo que comamos.
La principal energía que necesita el cerebro para funcionar es la glucosa que proviene de comer alimentos ricos en carbohidratos, como cereales, legumbres, frutas y vegetales, así como productos lácteos. Pero, además, necesita otros nutrientes esenciales: vitaminas, minerales, ácidos grasos, proteínas…
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Si comes mal, te sientes igual
Una alimentación desequilibrada puede producir carencias específicas de algunos de los nutrientes, que se manifiestan mediante síntomas o sensaciones como apatía, desgana, irritabilidad, nerviosismo, cansancio, falta de atención, fallos de memoria, de concentración e incluso depresión.
¿SABES QUÉ HAY DETRÁS DE TU COMIDA?
Tranquilo, no todo está perdido
Con una alimentación equilibrada, encaminada a activar la serotonina y la dopamina puedes mejorar mucho tu estado de ánimo.
Nada de comida chatarra, pues al ingerir con frecuencia grasas saturadas, azúcares, cafeína o estimulantes conduce a la inestabilidad mental. Nos pone felices al instante, pero luego nos sentimos sin energía.
Nutrientes que ayudan combatir esos bajones de energía
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Vitamina B6: produce serotonina, el neurotransmisor principal que regula el estado de ánimo y el sueño.
Alimentos: Granos integrales, Aguacate, Espinaca, Repollo, Salmón, Atún, Ajo y Pistachos.
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Prebióticos: bacterias beneficiosas que ingerimos con los alimentos y que ayudan a la digestión, el tránsito intestinal y del sistema inmunitario.
Alimentos: Avena, Espárragos, Cebolla, Plátano. -
DHA: es un ácido graso esencial para el cerebro proveniente del omega-3, una hormona que protege las neuronas y promueve el nacimientos de nuevas células cerebrales.
Alimentos: pescados grasos como salmón, atún y caballa. También en ostras, Anchoas y Mejillones. -
Probióticos: bacterias vivas y levaduras que reponen las bacterias buenas en nuestro microbioma.
Alimentos: Yogurt natural, aceitunas, queso crudo, verduras fermentadas como nabos, pepinos o zanahorias.