Esta alteración provoca en las personas obesas que lo padecen se sientan saludables aunque sea todo lo contrario. La gente que sufre de Megarexia no son conscientes de los riesgos o consecuencias en su estado de salud.
Los trastornos alimenticios que siempre están latentes son la anorexia nerviosa y la bulimia. Pero la Megarexia ya está afectando a muchas personas alrededor del mundo.
Pero, ¿qué es?
Este trastorno dismórfico corporal, fue descubierto por el nutricionista madrileño Jaime Brugos quien lo definió como un desorden del comportamiento alimentario, el cual consiste en ser obeso sin querer verlo o aceptar esa condición.
Causa una distorsión en la percepción de la imagen corporal. Es decir, las personas que padecen anorexia se ven y se sienten gordos; en cambio, los megaréxicos se aprecian como esbeltos y saludables a pesar que están sufriendo una obesidad severa. Además, consideran su peso como vitalidad y fuerza, no consideran hacer actividades físicas y no desean adelgazar por ninguna razón pues se consideran personas “sanas”.
Llamado de alerta
Para los megaréxicos su imagen proyectada es la deseada y es por eso que consumen muchos alimentos altos en grasas y azucares que solo crean calorías vacías en su organismo.
Al estar consumiendo este tipo de alimentos, el cuerpo comienza a dar una respuesta y demuestra signos de desnutrición. Asimismo, se sienten mareados y se les baja la tensión; es por eso que estos síntomas los confunden con la falta de alimentos. Los megaréxicos recurren a la comida para sentirse mejor.
Además, pueden surgir otras enfermedades relacionadas a la obesidad como la diabetes y la hipertensión y llegar a ser personas can obesidad mórbida.
En la mayoría de los casos los que padecen megarexia no son conscientes de su padecimiento.
Señales:
- Perciben su cuerpo como fuerte y saludable.
- Les desagrada las críticas y huyen a visitar al médico.
- Es visiblemente obeso, pero no lo acepta.
- Huye a realizar actividad física.
Las claves:
- Aceptar el padecimiento.
- Consultar con un experto y llevar un tratamiento médico para la obesidad.
- Cambiar sus hábitos alimenticios.
- Realizar actividad física según indicación del médico.