Según recomienda la OMS, la lactancia materna debería mantenerse un mínimo de seis meses, después hasta el año alternándola con otros alimentos que se introducirán poco a poco y hasta los dos años ya como segunda base de la alimentación.
A partir de ahí podríamos empezar a hablar de lo que se suele llamar lactancia prolongada y que durará hasta que el niño y la madre lo deseen. No siempre coincide en ambos ese mismo deseo de continuidad, por lo que es importante respetar tanto sus sentimientos como los tuyos.
En caso de que usted sea una de las mujeres que ha logrado establecer la lactancia y además desea que dure todo lo posible tal y como recomienda la OMS o incluso más allá, quiero darle cinco recomendaciones que pueden hacer de esta experiencia una de las vivencias más satisfactorias de sus comienzos como madre.
1. No se plantee metas desde el principio: los comienzos de la lactancia pueden ser duros y necesitamos unas dos o tres meses para poder decir que una lactancia está establecida. A la vez que vivimos experiencias muy hermosas descubrimos la exigencia que supone que un bebé se alimente exclusivamente de una misma. Llegar a los seis meses es un gran triunfo para la madre e imaginar el continuar durante un año o dos más, se los puede hacer algo inabarcable por eso es mejor sencillamente ir pensando en los dos o tres próximos meses o ir viviendo casi el día a día. Piense que una vez terminada la lactancia materna en exclusiva toda la leche que reciba su hijo será un gran beneficio para ella, pero el tiempo en el que era máxima prioridad ha terminado y allá no sentir esa presión, puede que sea más sencillo para usted el alternar lactancia y alimentos sólidos.
2. Si lo necesita, marque límites: cuando vayan pasando los meses y su hijo vaya creciendo, puede suceder varias cosas: una de ellas es que usted lleve perfectamente la demanda e incluso la alta demanda de su hijo respecto al pecho. Pero otras muchas mamás sentimos en ocasiones que está demanda es muy exigente con nosotras.Hay ocasiones en las que querríamos no darles, noche en las que de querríamos que no mamaran y nos dejaran dormir, etc, etc. Si llega un momento en el que usted empieza a sentirse mal en alguna de estas situaciones, no dude en hablarlo con el niño y dejar de hacerlo. Es mejor eso a terminar la lactancia antes por estar demasiado agobiada.
3. Ignore a los atrevidos: Hay muchas personas que se atreverán a darle sus consejos. Puede que vea miradas extrañadas, algunas escandalizadas y otras sencillamente sorprendidas porque no sabían que un niño mayor también pudiera mamar. Búsquese sus propios grupos de apoyo presenciales o virtuales. Conocer a otras mamás y niños que maman siendo más mayorcitos, les traerá mucha seguridad a su hijo y a usted a la hora de enfrentar esas comentarios que pueden llegar a críticas. Especialmente proteja a su hijo de los comentarios directos de otros adultos.
4. No dejes de hacerse controles de mama: un problema que puede surgir cuando damos tanto años el pecho es que los controles de la mamá no son tan fáciles de realizar. Siempre se le van a poder realizar ecografías pero las mamografías, va a depender de su médico, pues unos opinan que no sirve hacerlas cuando en el pecho hay leche y a otros les parece que la información que ofrecen es válida. Déjese aconsejar siempre por su médico.
5. Si desea destetar, hágalo lentamente: aunque a lo largo de la lactancia prolongada hay momentos especialmente complicados para dejar de mamar como son los dos años, una vez superado ese momento, va a comprobar lo sencillo que resulta ir retirando tomas cada ciertos meses hasta que la lactancia acabe extinguiéndose sin ningún trauma. En cualquier caso a medida que el niño va creciendo el plantear menos tomas o acotarlas a ciertos lugares va a ser mucho más sencillo.
Una lactancia prolongada es una vivencia inolvidable para la madre y seguro que deja una huella en su salud y en las emociones de nuestros hijos, pero no es recomendable idealizar el estar varios años dando el pecho a nuestros hijos ya que lo habitual es que haya momentos en los que la situación sea complicada y nos cueste manejarla o que sintamos que queremos cortar ese hilo con el niño y no sepamos cómo.
Como dijo el poeta Antonio Machado, "se hace camino al andar" y en cuestiones de lactancia prolongada creo que sería el mejor consejo de todos.
Fuente: Eva María Bernal, para about.com