“Cuando el sueño es reparador, la salud y la felicidad abundan” este es el eslogan escogido por la Asociación Mundial de Medicina del Sueño (WASM) para celebrar, por octavo año consecutivo, el Día Mundial del Sueño, en esta ocasión focalizado especialmente -aunque no exclusivamente- en el problema del Insomnio.
Las alteraciones que se presentan durante el sueño, como ronquidos, movimientos anormales, apneas, desaturaciones de oxígeno, etc. no permiten completar los ciclos de sueño en forma adecuada y la falta de estos en cantidad y calidad se expresa con síntomas diurnos como la somnolencia excesiva, la pérdida del alerta, de la atención, de la concentración, del ánimo, de la libido sexual y el desarrollo concomitante de una mala calidad de vida, depresión, siniestralidad laboral y vial con aumento de la morbimortalidad.
Los factores de riesgo clásicos que se asocian a los trastornos respiratorios del sueño (TRS) son: el sexo masculino, la obesidad, la edad, el consumo de alcohol, hipnosedantes y las malformaciones de la vía aérea superior. Además de dichos factores, también es necesario considerar el consumo de tabaco como un factor de riesgo por excelencia para la mayoría de los trastornos respiratorios, con importantes repercusiones sobre la salud y la calidad de vida evidenciada por las características de sueño y vigilia.
Los fumadores tienen más trastornos de sueño que los no fumadores (28.1% vs 19.1%), los fumadores tardan más tiempo en iniciar y mantener el sueño, duermen menos tiempo y con aumento de somnolencia y/o cansancio diurno (Addiction Biology, May 2014 Volume 19; 3:317–515).
Las condiciones como el insomnio, el síndrome de piernas inquietas (SPI), la privación del sueño y el síndrome de apnea-hipopnea obstructiva del sueño (SAHOS), se manifiestan en la pérdida de calidad del sueño que puede conducir a numerosos problemas de salud como hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular y diabetes. En esta última, se demostró que el incremento de la severidad del SAHOS, se asoció con la probabilidad aumentada de DBT II diabetes no insulino-dependiente concomitante y un peor control de la diabetes (Chest 2014 Oct; 146(4):982-90 Estudio ESADA)
Algunos de los tratamientos más utilizados para el SAHOS son: pérdida peso si hay obesidad, procedimientos no invasivos con presión positiva en la vía aérea, dispositivos orales de avance mandibular, cirugía de correctiva de la vía aérea.
Para tratar el insomnio, resulta sumamente eficaz cumplir con las medidas higiénicas/dietéticas del sueño y el uso de opciones terapéuticas naturales, destinados a brindar apoyo sin provocar los efectos secundarios que causan los fármacos hipnóticos.
Medidas higiénico-dietéticas del sueño en adultos
1. Establezca un horario regular para dormir (acostarse y levantarse).
2. Si tiene el hábito de tomar siestas, no duerma más de 30 minutos durante el día.
3. Evite la ingestión de alcohol 4 horas antes de acostarse y no fume.
4. Evite la cafeína 6 horas antes de acostarse. Esto incluye café, té y refrescos cola.
5. Evite las comidas pesadas, picantes o dulces 4 horas antes de acostarse.
6. Haga ejercicio regularmente, pero no justo antes de acostarse.
7. Utilice ropa de cama confortable.
8. Encuentre un entorno de sueño confortable y mantenga la habitación bien ventilada.
9. Retire de su habitación la TV, radio, computadora y elimine la mayor cantidad de luz posible.
10. Reserve su cama para dormir y tener sexo, evitando su uso para el trabajo o la recreación en general
Dr. Carlos María Franceschini.
Fuente: mdzol.com