Un estudio realizado por el Rensselaer Polytechnic Institute de Nueva York en 2012 demostró que con solo una exposición de dos horas a cualquier dispositivo retroiluminado (teléfono inteligente, tableta, laptop) se suprime la capacidad del cuerpo para producir melatonina, una hormona que ayuda a regular el reloj biológico del sueño, provocando insomnio, especialmente en los adolescentes y personas mayores.
La investigación también advierte que la exposición a la iluminación de fondo a lo largo de muchos años consecutivos se convierte en un factor de riesgo de obesidad, diabetes e incluso cáncer de mama.
Una práctica muy común en nuestros días y a la que consideramos inofensiva es dormir con el celular. Según los expertos durante el sueño estamos siendo bombardeados con emisiones de luz de estos dispositivos que se encienden, emiten zumbidos o activan alertas cuando reciben mensajes de texto o correos electrónicos.
La recomendación es evitar el uso de sus dispositivos durante la noche, sobre todo antes de irse a dormir, y no mantenerlos al lado de la cama en la noche. Lo ideal es conectar el teléfono en otra habitación para ponerlo a cargar y utilizar un reloj despertador en lugar del celular.
Los investigadores de la Rensselaer Polytechnic Institute de Nueva York esperan que los fabricantes de dispositivos móviles utilicen los resultados de esta investigación para cambiar la iluminación de sus equipos con el objetivo de que los usuarios no se vean tan afectados, pero mientras tanto el poder está en nuestras manos.
El celular se nos puede convertir, si es que ya no es así, en una adicción y como tal solo la podremos superar reconociendo nuestra debilidad por ella, su nocividad para nuestra salud y asumiendo con voluntad la decisión de corregir los malos hábitos. Quizás no llegaremos a abstenernos, pero sí a ser moderados.
Fuente: estampas.com