El sol es un excelente antidepresivo natural, tiene propiedades bactericidas, aporta vitamina D – que facilita la absorción del calcio- y ayuda a tratar enfermedades como la artrosis y el reuma. Sin embargo, también puede resultar muy dañino para nuestra piel si no tomamos las debidas precauciones.
Una exposición prolongada a los rayos de sol reduce la respuesta inmunitaria del organismo, produciendo radicales libres responsables del envejecimiento celular y provocando lesiones en el ADN. A causa de ello, favorece la aparición de melanomas o cáncer de piel.
Para evitar los problemas de salud relacionados con el sol, debemos tener en cuenta que no todos tenemos el mismo tono de piel, por lo que cada uno tendrá una reacción determinada a los rayos de sol, una sensibilidad diferente, y más o menos melanina:
- Muy blancas: impiden el bronceado, se queman con facilidad, importante ponerse una protección alta.
- Blancas: broncean poco y se queman con facilidad.
- Claras: pieles delicadas, pero el bronceado es progresivo.
- Tostadas: broncean con más facilidad. Necesitan una protección media.
- Morenas: pieles más gruesas y casi nunca se queman. Protección media-baja.
Los alimentos ricos en beta-carotenos favorecen la producción de vitamina A y ayudan a la síntesis de la melanina. Todas las frutas y verduras de color rojo/amarillo contienen beta-caroteno: tomate, sandía, cerezas, zanahoria, melocotón, albaricoque, calabaza… Los minerales como el hierro y el selenio. Sus principales fuentes son: los frutos secos y cereales integrales.
· Algunos consejos importantes para broncear sin arriesgar nuestra salud:
- Usar siempre un filtro solar y renovar su aplicación repetidamente.
- Es importante hidratarse antes y después de la exposición al sol.
- Evitar la exposición solar de las 11 hasta las 16.
- Hidratar la piel después de las exposiciones.
- Usar filtro solar aunque esté nublado, pues los rayos UVA pasan a través de las nubes.
- La vitamina E evita los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro de la piel. Se encuentra en la levadura de cerveza, el germen de trigo, los cereales integrales y los aceites.
Y si queremos mantener este bronceado, podemos aplicar una crema hidratante de aceite de aguacate, almendras dulces, aloe o karité. Estos aceites mantendrán nuestra piel hidratada y protegida en todo momento.